Las encajeras llenaron ayer la antigua Fábrica de Ortiz, en Candás, en una jornada en la que la villa se vio a rebosar con un rosario de actividades que llevaron el bullicio que avisa del verano.

En Ortiz se dieron cita 250 encajeras y un buen número de público para ver las creaciones de las artesanas, llegadas desde toda Asturias y de regiones próximas, como Galicia, Cantabria y Castilla y León. O no tan cercanas, como Extremadura, que también contó con representación.

"Vienen con las labores que están haciendo y aquí siguen trabajando", explicaba Carmen Fernández, miembro de la organización, sobre las artesanas que trabajaban en Ortiz. Y "cada una lo suyo, no hay que hacer nada en concreto", señala Fernández.

Una de las asistentes que se afanaban con su labor era la muy joven Yara Menéndez, de Gijón. Con cinco años la pequeña hace encaje de bolillos "desde hace tres". Centrada en su trabajo, "un marcapáginas", apunta a la excelencia.

El encuentro de encajeras sirve también para comprar material. En Ortiz se instalaron varios puntos de venta, porque "no es fácil encontrar los materiales para el encaje de bolillos y aquí puedes encontrar de todo", comenta la organizadora.

La cita de ayer era la decimotercera, organizada por el grupo de encajeras del Aula de adultos de Candás y financiado por el Ayuntamiento de Carreño. Antes de encontrar sede fija para su celebración en Ortiz, el encuentro pasó por Ojeda y por el muelle, pero ahora "tenemos un sitio muy bueno y aquí queremos seguir", indican en la organización.

Para atender a los participantes, el Ayuntamiento programó además una visita guiada por el Museo Antón, donde, además de los fondos del centro escultórico, pudieron ver la exposición de los trabajos que los niños hacen en los talleres del centro.