La Feria de Artesanía se despidió ayer de Candás tras un fin de semana en el que tuvo la ayuda, en algunos momentos, de la "Semana del Jazz". Con los músicos compartieron espacio el sábado y la experiencia resultó satisfactoria para amenizar las compras y llevar público. La plaza de los Hermanos Helio fue el escenario donde se desarrolló la cita, con desigual resultado, según los puestos y según el producto.

La valenciana Aida Oliver acudía por primera vez a Asturias con sus productos de cuero y piel y por aquí pasará un mes. "Nos decidimos a venir a Candás cuando vimos que pedían el carnet de artesano. Nos pareció una gran idea, es la forma de evitar que te vendan productos 'chinatown' y no artesanía", comenta con humor. Y se va encantada con el trato recibido en Candás: "Donde hemos ido a comer nos han tratado extraordinariamente, y el resto de la gente, también". Aunque hubo un ligero contratiempo: "Ayer nos vinieron a llamar la atención por el cierre. Se nos fue la hora, pero es que las nueve es muy temprano; a esa hora es cuando la gente viene a pasear y no a la playa, es cuando puedes vender más. El Ayuntamiento, mal", señala.

La ubicación de la feria le parece adecuada a esta valenciana: "Es un sitio bonito, junto a la playa y el puerto". Pero... "vaya viento que hay aquí". Ayer era la última jornada y decisiva para que Aida se plantease volver. "Las ventas estuvieron flojitas, a ver cómo acaba el día. Si va bien, volveremos el año que viene".

Cerca del cuero, un puesto de venta de objetos de vidrio. Cecilia López ha llegado desde su taller en Villaviciosa, aunque casi siempre sale a vender fuera de Asturias. Este año ha probado en Candás y, a falta de las últimas horas, está "conforme". Con todo: "conforme con las ventas, con la afluencia de gente, con todo". También la ubicación le ha parecido "adecuada", pero coincide con su vecina de puesto en que "hay mucho viento". Para evitarlo, tiene bien pertrechado el puesto para evitar corrientes.

Aunque las ventas han ido bien, Cecilia segura que "el vidrio se vende mejor fuera de Asturias", aunque la venta por la región "va creciendo". Esta artesana se plantea volver para la próxima edición, aunque plantea "mejores horarios".

"Rupestreando" es el nombre de un taller situado en el pueblo de Borreras, cerca de Cornellana, en Salas. Desde allí se ha desplazado Arturo Gallego, que se ha pasado el fin de semana pintando sobre pizarra. "Decoramos la pizarra con motivos de la arquitectura tradicional asturiana", explica. Y lo hace en vivo y en directo, convirtiéndose en la principal atracción del mercado. Arturo ha participado por primer año en esta feria y se va contento. "Ha estado bien de público y se ha vendido bien", comenta. Además, "el sitio es ideal. Y ayer tuvimos la compañía de los músicos de jazz. Fue una jornada muy agradable". Se va con ganas de volver.

En el mercado también hubo algo para comer. "Productos El Bici" llegó desde Casar de Cáceres con sus quesos y embutidos. "Hubo público y las ventas estuvieron bien", asegura Javier, al frente del stand. Le gusta el sitio y le gusta Candás, así que "espero volver".