No hay nada como el vecindario unido. Y si no, que se lo digan a los de Guimarán, que ayer despidieron las fiestas de Nuestra Señora de los Remedios compartiendo una comida de hermandad. En el banquete popular, que cumplía su cuarta edición, participaron decenas de parroquianos que brindaron "por seguir disfrutando de unas fiestas espectaculares".

No hubo excusas para disfrutar de la comida: primero hubo una animada sesión vermú, en la que los vecinos fueron haciendo piña para ya, a eso de las dos y media, ir tomando asiento. Tortillas, empanadas, filetes empanados... el menú, que muchos regaron con unos vasinos de vino o sidra, fue de lo más variado. "Eso sí, todo muy rico", apuntaban los presentes.

Para después de la obligada sobremesa estaba prevista la celebración de una marcha cicloturista por la parroquia. Ya por la noche, y para despedir las últimas fiestas de prao del verano en Carreño, había programada una última verbena con la participación el grupo "Assia". Para los más valientes, y ya a última hora, también estaba preparada una gran chocolatada.

Con esta tercera jornada los vecinos de Guimarán despiden sus fiestas de Nuestra Señora de los Remedios hasta el año que viene. Atrás queda un fin de semana intenso que comenzó con una ruta de bicicleta de montaña por el Monte Areo con la que se recaudaron fondos para promocionar la investigación contra el cáncer infantil; la tradicional y multitudinaria misa dedicada a la Virgen, que congregó a centenares de romeros en el santuario local, verbenas, concursos y, sobre todo, un gran ambiente entre todos los vecinos tras el duro trabajo de la asociación de festejos.