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Nava toca sus "construmentos"

Los niños de la escuela de música local fabrican sus propios instrumentos con material reciclado, "cada vez con más calidad"

Abril Rodríguez tocando la batería. MARIOLA MENÉNDEZ

Los alumnos de la escuela municipal de música de Nava son unos artistas. No sólo porque sean unos virtuosos con las notas musicales, también porque son capaces de echarle originalidad para construir ellos mismos sus propios instrumentos con materiales reciclados. No es la primera vez que se atreven a dar rienda suelta a su creatividad musical y descubrir que pueden arrancar notas de objetivos cotidianos insospechados, pero cada año van afinando sus habilidades y han logrado que todos ellos suenen. Los llaman "construmentos".

La profesora Yésica González Prieto explica que el objetivo de esta actividad es "aprender a fabricar sonido mediante cualquier instrumento". Orgullosos del resultado, han montado una exposición con estos construmentos en el hall de la escuela. Además, se puede votar por los mejores. La entrega de premios será el día 19. Yésica González agrega que la intención es que los alumnos "exploren, descubran e investiguen bien cómo se fabrican los instrumentos". Además, de un trabajo individual, también lo hacen en grupo, pues para los profesores de la escuela naveta es clave que los críos aprendan igualmente a socializar.

El requisito indispensable para elaborar uno de estos construmentos es utilizar material reciclado de todo tipo: desde cuentas de bisutería a almejas o mejillones, pasando por cartón o papel. Han participado 54 alumnos de Nava, Sariego e Infiesto, así como estudiantes de la escuela de Avilés. Tienen entre 3 y 12 años. Los niños, sobre todo los más pequeños, por ser a los que más les gusta explorar, están encantados y eso se palpa en la clase de Yésica González, con los de 4 años.

Alberto Rodríguez González está entusiasmado con un caja de cartón, como las de zapatos, que ha convertido en una guitarra al hacer un redondel en la tapa y colocarle cuerdas. Sara Vázquez construyó su zambomba con un bote de cacao soluble, papel de celofán azul y una pajita. Mientras, Vega Vigil se valió de unos recipientes de yogures para hacer sus maracas, al igual que Andrea Fernández, que les acopló hasta un mango.

Abril Rodríguez Marcos también le echó creatividad y llenó de garbanzos un bote redondo y alargado de patatas fritas. Incluso se atrevió a tocar la batería, que los alumnos de más edad participantes realizaron con tapas de botes grandes de pintura y cartón. Comprobó que sonaba, y bien. "Me gusta hacer los instrumentos", apunta Andrea Fernández que, junto a Carlota Marina, estaba encantada tocando su tambor confeccionado a base de lata y papel. Yésica González indica que en grupo realizaron otro original construmento pintando conchas de almejas y mejillones que colgaron de unas cuerdas. "Cada vez tiene más repercusión y calidad", destaca la profesora. La edil de Cultura y Educación, Desiré Carrio, resalta el trabajo realizado por los alumnos y profesores de la escuela.

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