Los vecinos de Albandi celebraron ayer a San Antón como hacía tiempo que no podían. Exactamente como desde hace dos décadas, tiempo que llevaban sin hacer romería por el protector de los animales. El pueblo se volcó para arropar la iniciativa de la joven -por la edad de sus integrantes y por recién estrenada- comisión de festejos "Esfoyaza", que debutó con notable éxito en la organización de sus primeras fiestas patronales.

El día se levantó poco apacible. Pero hasta con ello contaron los de los festejos, que tenían preparadas más de 100 raciones de pote asturiano. "Llevamos desde el miércoles preparando toda la comida", explica la cocinera Isabel García, desde las nueve y media de la mañana a pleno rendimiento en la improvisada cocina montada en el centro social, para dar el último toque a un menú en el que también había adobo con patatas y arroz con leche.

En total, en el convite de la cancha del Centro de Iniciativa Rural de Albandi comieron más de 60 comensales. "El pueblo se vuelca con ellos. Hay que apoyarles", reconoce Carmen González, quien agradece el esfuerzo de los chavales, a los que no duda en pedirles más: "Ya les decimos que queremos que cojan también las riendas de la asociación de vecinos".

De momento los de festejos van con a su paso. Eso sí, firme y seguro. "Estamos muy contentos", reconoce la vicepresidente de la asociación, Noemí Martínez, mientras a la barra que hace las veces de mar no para de llegar gente.

Tras la comida, estaba previsto un campeonato de parchís y uno de tute. Por la noche, había programada una verbena, la primera que se celebraba por San Antón en 20 años.

Además, antes de la pitanza también hubo misa y procesión, que salió pese a la lluvia. Luego se celebró la tradicional puja del ramo, que tuvo un protagonista de excepción: Manuel Cuervo, más conocido como "Lolo Pesgana".

Y es que pese a estar recuperándose de una enfermedad, el carreñense no quiso dudó en dirigir la subasta, como viene haciendo desde hace más de 40 años. Eso sí, en esta ocasión se ayudó de una silla para hacer gala de su simpatía, carisma y viveza para "picar" a los participantes.

"Salió todo muy bien", celebraba tras la subasta, en la que se vendieron empanadas, marañuelas, sidras y un sinfín de artículos más. Todo sea por San Antón, que sigue fuerte en Albandi.