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El paragües

Precipicio

Precipicio

He leído acerca de las modificaciones del Decreto de 2007 sobre Derechos y Deberes del Alumnado. Había algo entrecomillado en este periódico del jueves, que creo salido de labios del Sr. Consejero, diciendo que los alumnos tendrán el deber de respetar la integridad y dignidad personal del profesorado... Es como si el profesorado no fuese espécimen humano. Creo que ese aserto supone la presunción o, aún peor, el conocimiento de que la integridad y dignidad de algunas personas es mancillada por ciertos mequetrefes. Ahora que nadie pone en duda la "dignidad" de los animales y el respeto a su integridad, ¿hay que decirles a determinados mamarrachos que deben actuar con miramiento ante sus profesores? Es que hasta ahí hay que llegar porque son personas; por ser sus profesores, y ser depositarios de la empresa educativa que la sociedad quiere llevar a efecto en las nuevas generaciones, se tiene autoridad. Más serio aún es que las actitudes que se pretenden corregir con las modificaciones del decreto estén enquistadas en comportamientos de determinados muchachos, sin hacer valoración ética de las mismas o sin querer hacerla, con lo cual estamos ante el mayor de los posibles fracasos educativos. Educar es conducir hacia posiciones de mejora de la persona. Así, la conducción es directa al precipicio. Y ese fracaso es responsabilidad de todos los agentes educativos.

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