El arte floral patrio tiene a dos de sus mejores embajadores en el matrimonio candasín formado por Elena González y Fernando Orrio. Ambos formaron parte del combinado nacional que disputó la Copa del Mundo de Arte Floral el primer fin de semana de marzo en Filadelfia (Estados Unidos). Pese a que no lograron clasificarse para la gran final, los carreñenses se muestran muy satisfechos con el decimoctavo puesto obtenido: "Aprendimos muchísimo y fue una experiencia increíble".
Aunque soñaban con ello, todos los miembros de la expedición española sabían que alcanzar el triunfo en el campeonato era muy difícil. "Sí confiábamos en quedar entre los diez primeros", confiesa Orrio, para quien no hubo sorpresas en una copa que fue a parar a Australia.
Fueron un par de errores anotados por los jueces los que impidieron al conjunto español avanzar en el trofeo. Si bien, el sentir entre sus integrantes, tal y como revelan los candasinos, fue muy positivo: "Ya fue un triunfo estar en la fase final, en la que sólo había 23 países".
Tal y como aseguran Orrio y González, el nivel en el campeonato era muy alto. "Hay países que nos llevan años de ventaja en el arte floral", recalcan, sobre la falta de apoyo y reconocimiento a esta disciplina que hay en España. "Sin ir más lejos, en muchos países de Europa cuenta con formación universitaria", aseguran.
Además de la grata experiencia, la pareja también se trae en la maleta un sinfín de amistades con los que hace dos semanas fueron sus rivales. "Había muy buen rollo entre todos", afirman sobre el torneo, que coincidió con la mayor feria floral del estado de Pensilvania, y que congregó a más de 250.000 visitantes.
También nuevas ideas y tendencias. Y es que, tal y como ellos explican, los grandes montajes que se vieron en la Copa del Mundo marcarán las líneas que seguirá el arte floral en las próximas temporadas: el color coral para las bodas y el estilo romántico inglés para la decoración.
"Al final esto no deja de ser al arte floral lo mismo que una gran pasarela a la moda", simplifica Orrio, en un símil en el que también compara a sus rivales con las grandes firmas mundiales. "Fue como haberse enfrentado a Versace", abundan los especialistas que, precisamente, también decoraron hace años algunos desfiles de la madrileña Pasarela Cibeles.
Ahora, ya entre el olor de las flores de su tienda de Candás, los carreñenses no pierden la esperanza de que en un futuro próximo cambie la repercusión y perspectiva de esta disciplina en España: "Vamos por el buen camino".
