La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teresa Meana: "Si cambia la realidad, cambia la manera de nombrarla"

La filóloga ofreció una amena charla sobre el sexismo en el lenguaje, con motivo de la Semana de la Mujer del Instituto Ramón Areces de Grado

Teresa Meana, ayer, en Grado durante su conferencia. S. ARIAS

La activista feminista y filóloga Teresa Meana enseñó ayer en Grado, con ejemplos claros y sencillos, el sexismo presente en el lenguaje español. Con bromas y mucha ironía, detalló las situaciones de discriminación o invisibilización que sufren las mujeres en el lenguaje. Y ella lo tiene claro: "Si cambia la realidad, cambia la manera de nombrarla". Por ejemplo, antes no había mujeres en la judicatura, por lo que al masculino juez le corresponde jueza. "No hay palabras incorrectas, no las conocías y es normal que chirríe un poco al principio, es el uso el que las hace cercanas y si hay un consenso entre las personas. Si no había esa realidad, cómo iba a haber la palabra", añadió.

La entretenida y didáctica charla fue organizada en la Casa de Cultura por el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Ramón Areces en el marco de la Semana de la Mujer que está desarrollando el centro educativo y que hoy llevará a la escritora Ángeles Caso a un encuentro con el alumnado. Precisamente, es el instituto el primer destino de Meana como profesora de Lengua.

La conferencia comenzó con una crítica a la Real Academia de la Lengua (RAE) en cuanto a la resistencia de sus miembros a los cambios en el lenguaje. Y puso a Arturo Pérez-Reverte y a Javier Marías como ejemplos de esta resistencia. A su juicio, "nunca se está hablando de lengua, la lengua no tiene ningún problema, jamás se sostienen en términos lingüísticos, sino ideológicos". Según su postura, la lengua debe atender a los cambios sociales que se producen en la sociedad y debe responder a situaciones sociales concretas.

"Las lenguas están vivas, no son un hecho biológico, sino una adquisión cultural", detalló. En ese sentido, puso como ejemplo que la sociedad buscó un término para la llegada a la Luna, el alunizaje, entre otros. Así es que entiende que la lengua debe dar el espacio que las mujeres representan: "Tenemos recursos y herramientas para nombrar en femenino, hay un cambio en la sociedad impresionante y eso, cómo no lo va a reflejar la lengua", cuestionó Meana, muy aplaudida al término de la charla, en la que logró sacar más de una carcajada al público con sus llamativos ejemplos.

Meana también disertó sobre sexismo y androcentrismo. En esa línea, habló de los términos duales aparentes, es decir, un hombre frío es sereno, una mujer fría, frígida. "Para la mujer siempre está relacionado con lo sexual". O cómo el lenguaje también marca otro tipo de diferencias, como es el caso de las palabras gobernante, quien dirige, y gobernanta, quien lleva las labores de una planta. Y, en cuanto a la economía del lenguaje, Meana lo tiene claro y puso varios ejemplos de distintos siglos en los que los autores se refieren a ambos géneros en sus textos, como moros y moras en "El Cantar de mio Cid".

Una lección magistral de lengua española y feminismo.

Compartir el artículo

stats