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"Picu Fariu", el valor del grupo

Los montañeros celebran en su repaso de la temporada - el componente humano y su compromiso con el entorno

La subida al Cotalba. REPR. MANUEL NOVAL MORO

El grupo de montaña "Picu Fariu" celebra la próxima semana sus Xornaes de Montaña con actividades diversas, entre las cuales figura el repaso de las salidas colectivas de la pasada temporada, narrada, como es tradición, por José Manuel Piniella, "Pini". El veterano montañero destaca de la última temporada, en la que hubo 22 salidas, el componente humano, el carisma, el valor del grupo más allá de la dificultad de las cimas o de las veleidades del clima. Buen ejemplo de ese carácter fue cómo trató el grupo el único incidente que tuvo a lo largo de la temporada: el accidente que hizo que uno de sus miembros se fracturase una pierna.

"Fue un percance que solucionamos nosotros mismos", explica Pini. El montañero tuvo un tropiezo y sufrió la lesión, pero el propio grupo lo solucionó sin llamar a los servicios de emergencia. Ayudaron los compañeros y un vecino de la zona. El incidente ocurrió en el entorno de Bejes, un pueblo de la comarca cántabra de Liébana, y allí el grupo llamó a un hombre que conocían que, nada más comentárselo, acudió a buscarlos en un todoterreno.

Esa rápida intervención es fruto de una amistad que el grupo siempre ha trabajo con la gente de los pueblos. Los miembros del "Picu Fariu" no son simples turistas, sino que se implican con los lugares por los que pasan. "El grupo lo practica siempre; allá por donde vamos siempre dejamos la puerta abierta a esas cosas", explica Pini. Un día los montañeros informan sobre ganado en el monte o hacen cualquier cosa que la gente de la montaña agradece, y, en ocasiones como la del incidente, "te tienen en la memoria". Ese fue el único percance de una temporada caracterizada por la variedad de paisajes y de climas. El grupo echará la vista atrás, en dos sesiones -el martes 19 y el miércoles 22, a las 20.00 horas, en el auditorio de la Pola- a una temporada caracterizada por el éxito en la mayoría de las cumbres programadas. En todas llegaron arriba, salvo en algunas en las que las condiciones meteorológicas obligaron a desistir. Ya se sabe que la montaña es siempre la que decide si el montañero sube o no. Los contratiempos se debieron a que hubo más nieve de la prevista o a tormentas eléctricas.

En este último caso, el peligro de aventurarse a caminar bajo la tormenta es más que evidente. Y en las excursiones colectivas se acrecienta por el número de montañeros que se exponen a ella. "Si somos tres o cuatro personas, todavía lo puedes gestionar de alguna manera, pero un grupo de veinte, treinta o cuarenta personas es muy complicado, hay que evitar desbandadas y que cada uno vaya por su lado, que acaba siendo un peligro".

Pini asegura que en todas las salidas "hay algo especial, ya sea por la gente o por las circunstancias". Dos ejemplos fueron la niebla que apareció en La Fontanilla, y el día de sol radiante y cielo azul que se encontraron la última salida del año en el puerto de Tarna, cubierto por la copiosa nieve que había caído el día anterior. Días memorables fueron también los que llevaron al grupo a Peña Mea o a la Torre de los Traviesos. También fue singular la marcha a Careses, que no pudieron concluir debido a la extraordinaria crecida de los ríos, algo que nunca había pasado en los 22 años de historia de la ruta. El grupo llegó hasta el río Villanueva y vio que era imposible cruzarlo, "aquello era un mar; fue algo digno de ver".

Les Xornaes se completan con una charla sobre el río Dobra, el jueves 21; una jornada de escalada, el sábado 23, y la marcha a Careses, el domingo 24.

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