Eladia Lizane Fuente, a quien los suyos conocen como Lada, ya lo tiene todo listo para el domingo. Lleva más de 40 años llevando café y unas pastas a los miembros de la mesa en cada cita con las urnas. Vive cerca del colegio electoral de Limanes (Siero) y a sus espléndidos 90 años sigue cumpliendo con esta costumbre.
"El domingo a estas horas ya tomaron el cafetín", comentaba Lada Lizane ayer al mediodía, en su cocina, donde ya lo tiene todo preparado. "Llevo haciéndolo toda la vida", indica, sin darse mucha importancia y reacia a protagonismos, a pesar de que sus vecinos reconocen que es "el alma de aquí, como ella no hay otra". Conserva una envidiable vitalidad y agilidad a su edad. Su familia lo atribuye a que "está continuamente moviéndose".
Lada Lizane recuerda que cuando no había móviles iban a su casa a llamar por teléfono a la Pola para comunicar los resultados electorales. Explica que en las escuelas "hace un frío que pela" y, cuando iba, "estaban allí muertos de frío y no podían enchufar la estufa porque saltaba el automático". Así que movió los hilos para poder dejarles unas estufas de gas con las que calentarse. "Esto lo arreglo yo", se dijo. Y así fue.
Sobre las 10:30 horas les lleva el café, con opción a tomarlo con leche, y agua, por si alguno prefiere una infusión. También les ofrece unas pastas. Por la tarde regresa, sobre las cinco y media o las seis, y esta vez lo hace con chocolate y bizcochos, para que los integrantes de la mesa puedan reponer fuerzas con una merienda.
Lada Lizane es natural de Limanes, donde le tocó trabajar duro para sacar adelante a su familia. Primero cuidó a sus abuelos y padres y, después, a hijos y nietos. Tenía que atender el ganado y la huerta, donde sigue trabajando. Vivió un tiempo en Avilés por el trabajo de su marido, pero iba a Limanes con asiduidad.
