La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Exigen el arreglo de la carretera a Gijón, llena de baches, hundimientos y grietas

"Está muy mal y tiene mucho tráfico pese a la Autovía Minera", dicen los usuarios, que denuncian que las cunetas, colmatadas, no desaguan

cunetas en mal estado. S. ARIAS

Una carretera muy estrecha, con curvas, hundimientos, muchos baches y cunetas colmatadas que mantienen el agua en los carriles. Ese es el panorama que se encuentran los vecinos y usuarios de la carretera AS-248 entre Pola de Siero y Gijón, que reclaman la reparación de los graves deterioros que sufre la vía, especialmente dos grandes socavones entre Muncó y La Collada y otro ya en el concejo de Gijón, después de la localidad de Fano.

Las condiciones no son nada buenas para la circulación de vehículos, de los viandantes en los tramos de los pueblos ni para los ciclistas. Eso sin olvidar las carreras ilegales de coches que, por suerte, cada vez son menos habituales, subrayan los afectados.

"La carretera está mal, muy mal, y se pondrá peor porque irán saliendo más cosas, cada año se estropea más", comenta Pipo Medina, de la asociación de vecinos de Muncó. Este hombre jubilado entiende que lo más urgente es arreglar los hundimientos que se han producido en la carretera entre Muncó y La Collada y el que hay en el municipio gijonés. "Cualquier día cae la carretera abajo", señala. Además, en las zonas donde la carretera sortea riachuelos se producen hundimientos: "Cualquier día uno pasa un poco pegado a la cuneta y cae".

De hecho, son varios los puntos en los que está cediendo el terreno, aunque esos dos son los más importantes por su tamaño. "Pegan con la defensa", dice Medina. Y, efectivamente, al paso por los socavones los vehículos bajos chocan contra el firme irregular. Y los ciclistas los atraviesan con mucha precaución. "Se fastidian muchos coches así", añade.

Las grietas que hay en la vía han sido rellenadas recientemente con grijo, pero con el paso de los coches se levanta al siguiente día, alegan los vecinos. "Echan un poco y con eso ya creen que sirve, pero está igual", comenta Yolanda García, vecina de la zona desde hace 26 años, tiempo en el que sólo ha visto una vez el asfaltado de la carretera. "Preguntas y no hay con quién hablar, te mandan a otro lado y así estamos", denuncia.

Define el estado de la carretera como "patético". Máxime cuando destaca que es una vía de comunicación muy utilizada por los vecinos de los pueblos de la zona y necesitan el coche para ir al médico, a la compra o simplemente para ir a la Pola o a Gijón. "Es súper activa, cuando se hizo la autovía minera pensamos que iría a menos pero sigue teniendo mucho tráfico", observa.

También preocupa mucho el estado de las cunetas. "Pelan y lo echan en la cuneta y luego, cuando llueve, el agua va por la carretera como en una piscina", indica Medina, quien apunta que el pasado jueves, jornada en la que no paró de llover, había zonas en las que era muy peligroso circular sin evitar el conocido como "aquaplanning", que provoca una pérdida de tracción en el coche y el consiguiente descontrol del vehículo. Se salvan los tramos que atraviesan los pueblos porque, tal y como comenta García, son los vecinos quienes se encargan de la limpieza. Pero en el resto de la vía, el agua brota a los carriles en busca de paso.

El estado de la carretera, muy deteriorada por el uso y la climatología asturiana, preocupa a los vecinos que la utilizan a diario y requieren una solución para evitar que continúe estropeándose. De lo que sí se han librado, aunque no del todo, es de las carreras ilegales nocturnas. "Delante de mi casa tiran de freno de mano y se ponen a comer pipas", detalla García. Si bien, agradecen que la presencia de la Guardia Civil de Tráfico ha evitado el desfile de coches en las noches del fin de semana.

Los usuarios de la AS-248 piden una solución para mantener en buen estado la carretera, su principal vía de comunicación.

Compartir el artículo

stats