El director general de Cultura y Patrimonio, Pablo León Gasalla, se comprometió ayer con la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, a sacar a licitación la obra del Centro de Música de Candás en dos semanas. Todo después del malestar en el concejo por los retrasos, que ponen en riesgo la existencia de la Banda de Música, que advirtió de que se disolverá si no le dan un local de ensayo en dicho equipamiento, que suma muchos años de retraso.
El Principado parece haber tenido en cuenta la queja carreñense. "La Consejería tiene ultimada la propuesta de contratación, que tiene una tramitación compleja con financiación plurianual", explicó Fernández. Este año hay 100.000 euros presupuestados y, para el próximo, algo más de 600.000. "Se prevé el inicio de las obras en Candás en el último trimestre de este año", calcula la Alcaldesa, que conoce la premura con que debe ser realojada allí la Banda de Música de Candás, que actualmente ensaya en el local de la CNT pero que no podrá usar este espacio a partir del mes de agosto.
"El director general nos trasladó el compromiso firme de la consejería y que será el primer contrato que salga en cuanto les habiliten presupuesto. Sin perjuicio de la tramitación iniciada por la administración regional, desde el Ayuntamiento estaremos vigilantes en todo momento de los pasos que den en la contratación de la obra. Desde la dirección regional se comprometieron a darnos traslado de los avances. Seguiremos muy de cerca la licitación defendiendo en todo momento los intereses legítimos del municipio", añade Fernández.
La reunión también sirvió para abordar otros asuntos, como la precaria situación del Camino de Santiago a su paso por Tabaza, para lo que se comprometieron a buscar soluciones entre las dos administraciones que eviten que los peregrinos tengan que cruzar una carretera autonómica. También despacharon sobre asuntos relativos a asesoramientos técnicos que el Ayuntamiento solicitó sobre el hallazgo reciente de tres piezas líticas en Perlora y sobre la recuperación de la campana que pertenecía al edificio de la antigua escuela de Guimarán-El Valle, entre otras cuestiones.
