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Los peatones avalan, por seguridad, el límite del tráfico a 30 km/h en Noreña

Los vecinos y profesionales del transporte coinciden en la necesidad de poner radares por la Villa Condal para controlar la velocidad

Noreña presentó esta semana un plan de movilidad que supondrá una autentica revolución en la circulación dentro del núcleo principal del concejo más pequeño de Asturias. La mayor parte de los vecinos que suelen moverse a pie ven con buenos ojos las medidas previstas. Entre ellas, la limitación a 30 kilómetros hora, ensanchar aceras o restringir el tráfico en algunas calles. No lo ven tan claro los taxistas. Algunos entienden que habría que poner radares para controlar la velocidad de los vehículos. Otros se muestran preocupados por las plazas de aparcamiento, pero aplauden que se construya una glorieta en el cruce de el Rebalde: "Es un punto peligroso".

El plan de movilidad fue elaborado por una empresa externa especializada, contando con la colaboración de la oficina técnica municipal y de la Policía Local. Para su elaboración se realizaron encuestas a vecinos y escolares.

Entre las medidas más llamativas está reducir la velocidad máxima de los vehículos, en el casco urbano, a 30 kilómetros por hora. Con esto se pretende facilitar los desplazamientos en bicicleta y disuadir a los conductores de cruzar por la localidad para llegar a otros puntos del concejo o a Siero.

También está previsto poder restringir el tráfico en algunas calles, ensanchar aceras -con una obra especialmente notable en la calle principal, Flórez Estrada- y crear una miniglorieta en el cruce de el Rebalde, una de las entradas al centro urbano.

En general, los vecinos se muestran bastante satisfechos con las ideas que plantea el plan. Lo analiza en profundidad Antonio Martínez, comerciante y residente en la Villa Condal. "Es algo que han elaborado técnicos y expertos en movilidad. Saben lo que se hace en este tipo de villas para mejorar la circulación. Entiendo que las propuestas serán adecuadas para mejorar Noreña", subraya.

Eso sí. Martínez apunta al momento en el que la teoría pase a la práctica. "Habrá que ver como se pueden hacer esas obras que recomienda el plan. Ahí se entra en terrenos políticos y de proyectos. En la teoría creo que sería un paso importante para hacer de Noreña un espacio urbano más moderno", añade.

Y es que, para el es fundamental que "la localidad esté más pensada para las personas" y no tanto para los vehículos. Algo que pasa por hacer "más espacios peatonales y ensanchar aceras". Eso sí, "con equilibrio para la movilidad necesaria".

Claro, aquí entran en juego las dimensiones de Noreña. Extremadamente reducidas. "Lo haces de punta a punta caminando en diez minutos", resume Martínez, que ve como, en ocasiones, "se usa el coche para desplazamientos que no sería necesario".

A lo expuesto en el plan, Martínez añadiría "una zona peatonal para el disfrute de los vecinos. Algo de lo que aquí, en Noreña, carecemos".

Incluso más de acuerdo con la nueva estrategia de movilidad está Nacho Fernández, también residente en la Villa Condal. "Me parece perfecto", apostilla.

En concreto, se muestra muy satisfecho con que se busque la forma de reducir el tráfico, "al ser una villa pequeña en la que no hace falta coger el coche". Asimismo, ve muy positivo que se quiera incorporar la movilidad en bicicleta y que se limite la velocidad en las calles.

Otro de los aspectos que celebra es que se puedan llegar a ensanchar las calles y se avance hacia restringir el tránsito en algunas vías: "Esto podría redundar en beneficio de la hostelería", sentencia Fernández.

Por su parte, Tino Fombona, vecino de la localidad, recuerda que las entradas a Noreña ya tienen desde hace años señalización de limitación a 30 kilómetros hora en todo el núcleo urbano. "Eso indica que alguna corporación anterior quiso solucionar el problema. Quizá la solución podría ser que las señales estén amparadas por radares", apunta el veterano cantante, que si que advierte de este problema de seguridad vial en la localidad.

En la misma línea se pronuncia el taxista José Manuel González: "Si quieren hacerlo, que lo hagan bien y pongan radares y fotorrojos. En todo caso, con lo pequeño que es Noreña, me parece una chorrada. ¿Por donde van a ir las bicis, por los tejados?", se pregunta.

Su compañero del gremio Manuel Rodríguez, si que ve adecuada la limitación, aunque le preocupa que el plan reste plazas de aparcamiento: "Tenemos un problema serio con eso, que se está agudizando con las terrazas que ocupan espacios".

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