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Línea directa a urgencias

Una polesa denuncia que la atención médica telefónica por un dolor de muelas desembocó en una reacción alérgica

Tamara Shora, con la cara hinchada, en urgencias de Pola de Siero. A. I.

La atención médica telefónica a la que ha obligado la pandemia del covid-19 le costó un buen susto a Tamara Shora, una vecina de Pola de Siero que sufrió una reacción alérgica tras tomar los medicamentos que le habían prescrito a través del teléfono: "Es lo que pasa por hacerlo así, es una vergüenza", lamenta la afectada, que acabó teniendo que recibir unas inyecciones en urgencias.

Los hechos ocurrieron la pasada semana, cuando llamó al centro de salud "por la mañana temprano debido a un dolor de muelas". Días atrás, Shora había estado tomando antibiótico y antinflamatorio, pero dado que la dolencia persistía pidió que le pasaran con una dentista.

"Tardó 30 minutos en devolverme la llamada y me prescribió antibiótico y enantium. Me dijo que lo tomase todo junto, que no pasaba nada, y que si a las cuatro horas me seguía doliendo que tomase también paracetamol", recuerda la polesa.

Tras tomar la medicación, se dirigió a su puesto de trabajo. Allí le empezó "a picar todo". Decidió acudir físicamente al centro de salud, pero la atención se demoró mientras se le iba hinchando la cara.

"La chica de la ventanilla me dijo que la médica de cabecera estaba ocupada y que había otra persona en la sala de espera", asegura. La hinchazón fue a más y al final la doctora la recibió "con toda la parsimonia", preguntándole que le sucedía.

La doctora le indicó que fuera a urgencias para que le pincharan un antialérgico y allí volvió a tener que pasar "una larga espera, muriéndome de picor". Finalmente, a las 16.30 pudo irse tras recibir el pinchazo.

"Había llegado a las 15.10 y era prácticamente la única que estaba en el centro de salud. Me costaba hasta respirar", denuncia Shora, que pasó por una situación complicada "a raíz de este protocolo de atención telefónica" impuesto en la reordenación de servicios por la crisis sanitaria.

El panorama en los centros de salud de Siero ya había generado quejas en la época pre covid-19. Especialmente en Lugones, donde la lista de espera para recibir cita llegó a alcanzar los 14 días hace poco menos de un año.

En los últimos meses no habían trascendido quejas hasta esta de Tamara Shora, a la que la interacción entre los medicamentos que le prescribieron por teléfono llevó a urgencias. Finalmente, todo quedó en un susto.

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