Mieres del Camino,

Julio VIVAS

Casi un año después de la inauguración del edificio de investigación del campus de Mieres, éste acaba de completar su estructura con la llegada del Instituto Cantábrico de la Biodiversidad, que ocupa la quinta planta del inmueble. El centro, dirigido por el catedrático de Ecología José Ramón Obeso, acogerá a una treintena de investigadores, que se irán incorporando a las instalaciones mierenses de manera gradual.

Tras el traslado del centro europeo de Soft Computing y el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot), que fueron los primeros inquilinos, llegaron meses después el Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo, el Centro de Producción y Experimentación de Contenidos Digitales y la Cátedra Hunosa. Si bien el traslado de estas cinco entidades parecía más sencillo, ya que cuatro de ellas estaban ubicadas en el edificio científico-tecnológico del campus de Mieres, a pocos metros de su actual situación, el CeCodet, por su parte, estaba en el chalé de Figaredo, también en el concejo de Mieres, y su traslado no supuso tampoco mayor problema.

No ocurría lo mismo con el Instituto Cantábrico de la Biodiversidad, que estaba instalado de forma provisional en el área de Ecología de la Facultad de Biología en Oviedo. En su caso, la entidad tuvo que esperar a que la Universidad de Oviedo tuviese disponibilidad presupuestaria para el equipamiento de los laboratorios, algo que se consiguió el año pasado. También hubo que modificar la estructura de la quinta planta del edificio de investigación para adaptarse a las necesidades del instituto. En este caso, el responsable era el Gobierno regional, que también se hizo cargo de los trabajos.

Finalmente, el instituto inició su traslado a finales del pasado mes de diciembre, materializándose hace tan sólo unos días. Así, el centro cuenta con seis laboratorios especializados en microscopiología, genética, experimentación y separación de muestras. «La mayor parte del equipamiento es nuevo», señala orgulloso José Ramón Obeso, explicando que «parte de la financiación llegó de fondos mineros, pero también del Campus de Excelencia Internacional, ya que esta unidad fue una de las primeras que apoyaron esta iniciativa universitaria».

El Instituto Cantábrico de Biodiversidad es un centro de investigación donde se hace especial hincapié en la ecología de poblaciones silvestres y su aplicación práctica a la conservación de los ecosistemas y recursos naturales, contando con varias líneas de investigación iniciadas. Su creación se remonta al año 2007, a través de un convenio firmado a tres bandas por la Universidad de Oviedo, el Gobierno del Principado de Asturias y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De hecho, el centro cuenta con investigadores procedentes de estas tres entidades, como María José Bañuelos, por parte del Principado, y Paola Layolo, del CSIC. Junto a estos científicos, el centro también cuenta con otros dos investigadores procedentes del programa «Ramón y Cajal», «una especie de iniciativa de recuperación de cerebros que trabaja con investigadores españoles que estaban en el extranjero. Uno de los nuestros estaba en Helsinki (Finlandia)», apunta Obeso.

Por otro lado, el director del instituto mostró su «satisfacción» por poder trabajar ya en las instalaciones de Mieres, «ya que las de Oviedo se nos habían quedado muy pequeñas», y espera poder realizar en un corto espacio de tiempo una inauguración oficial de las instalaciones con presencia tanto de la Universidad como del CSIC y del Principado de Asturias.