Andrés VELASCO

El grupo Alonso ya tiene fecha definitiva para la presentación del concurso voluntario de acreedores para sus dos empresas, Coto Minero Cantábrico (CMC) y Unión Minera del Norte (Uminsa). Será el próximo lunes, día 1 de julio, seis días antes de que expire el plazo para que las compañías del magnate leonés del carbón, Victorino Alonso, entrase en fase concursal de forma automática.

Según ha podido saber este diario, el grupo Alonso ya tiene la mayor parte de la documentación preparada para llevarla al juzgado, si bien ha decidido esperar a presentar el concurso de acreedores a que culminen los periodos de consulta de los expedientes de regulación de empleo que tiene planteados en sus explotaciones de Cerredo (Degaña) y Pilotuerto (Tineo). Un portavoz del conglomerado empresarial de Victorino Alonso explicó que los últimos flecos de la documentación dependen de si hay o no acuerdo con los trabajadores sobre las reducciones de salarios y las condiciones laborales. Para ello, los administradores tanto de Uminsa como de Coto Minero Cantábrico tendrán sendas reuniones hoy y mañana con los representantes de los trabajadores para tratar de cerrar un acuerdo, tarea todavía complicada pese a que en algunos puntos ambas partes han acercado posturas durante los últimos encuentros.

El mayor grupo privado minero del país ya está inmerso en un preconcurso y tiene como fecha tope el 7 de julio para entrar irremediablemente en lo que antes se conocía como «suspensión de pagos». La reducción de las ayudas a la producción de carbón del año 2012 impuesta por el Gobierno del PP ya había supuesto un duro golpe para las empresas de Alonso, cuya asignación había pasado de 111 millones de euros a algo menos de 50 millones. Una cantidad que tampoco han cobrado CMC ni Uminsa, según argumentó el Ejecutivo de Mariano Rajoy, por sus deudas con la Tesorería General de la Seguridad Social y Hacienda.

Esta situación ha supuesto que, según las cuentas que maneja el conglomerado empresarial, la deuda ascienda ahora a más de 110 millones de euros, una cifra insostenible que llevó al grupo a la presentación del preconcurso de acreedores, que será definitivo en apenas una semana. Además, el grupo Alonso tiene abiertos varios frentes laborales, con expedientes de regulación de empleo sobre la mesa en sus explotaciones, y una deuda con sus trabajadores de varios meses de nóminas y una paga extra.