Hace más de treinta años que la mina de mercurio de La Soterraña (Valle de Muñón, Lena) cerró sus puertas. Cientos de trabajadores pasaron por la explotación, muchos no sobrevivieron: estaban sometidos a altos niveles de contaminación por mercurio y arsénico. Las galerías quedaron desiertas, pero los contaminantes permanecieron en la tierra y en las aguas que fluyen por el valle. Ahora la Unión Europea, a través de un proyecto Life, financiará la primera parte de la descontaminación de la antigua explotación: 1,5 millones de euros. Es un plan pionero, que incluye el uso de 20.000 toneladas de escoria y cenizas para tratar los contaminantes. Si sale bien en La Soterraña, se aplicará en otras minas de Europa. El proyecto está coordinado por la Universidad de Oviedo y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Lena, el Principado y otras entidades y empresas. Los responsables del programa acudieron ayer a La Soterraña para explicar sus planes a los vecinos.

Treinta años de quejas vecinales que ahora tienen respuesta. La alcaldesa, Genma Álvarez, explicó que la planificación empezó ya en 2008. "Los vecinos son los verdaderos artífices de este logro", señaló. También agradeció la colaboración del técnico municipal, David Barraso, "que ha trabajado mucho para que este proyecto sea una realidad". Un proyecto que coordina el investigador Rafael Rodríguez y que ha resultado "muy bien" en las pruebas de laboratorio.

Ahora actuarán en una mina real. Las 20.000 toneladas de subproductos llegarán desde térmicas, cementeras y hornos de acerías de la región. Según explicó Rodríguez, "se utilizarán cuatro subproductos". Estos son las cenizas de las térmicas y los yesos que se utilizan para eliminar el sulfuro de los humos de las centrales. Las escorias son de hornos altos de acerías y de cementeras.

El objetivo es que esos subproductos "fijen" los contaminantes en varias zanjas, para evitar así que el agua fluya contaminado. También actuarán en la principal escombrera de La Soterraña que "tiene altas concentraciones de contaminantes". Es la primera vez que estos subproductos se aplican a la descontaminación de arsénico y mercurio. Y el proyecto continuará en distintas fases: "Cuando se pone en marcha un plan europeo es para darle continuidad".

La Soterraña es la "planta piloto" de la investigación. Pero, a medida que avancen los resultados, se podrá trasladar a otros lugares de Europa. Diego Fernández, de Biosfera (entidad involucrada en el factor ambiental), afirmó que "este tipo de problemas de contaminación existen en centro Europa, como la República Checa y Alemania". Pero antes de volar lejos, también intentarán involucrar en sus planes a la mina de La Tarronal, en Mieres: una explotación que funcionó durante décadas y con una problemática idéntica a la de La Soterraña.

Con calma. El proyecto de descontaminación de La Soterraña se desarrollará en un plazo de cuatro años. Estefanía Díaz, de la empresa Tecmim (encargada de la ejecución de obras), destacó que "la llegada de los subproductos será paulatina y no tendrá un gran impacto en la zona". "No habrá camiones todo el día por la carretera", aseveró. Los vecinos estarán informados en todo momento del avance de la actuación: "La difusión y la transparencia sobre lo que estamos haciendo es esencial para acometer con éxito el proyecto", concluyó Rafael Rodríguez.