La Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (Fempa) ha descatalogado todas la sendas que tenía inventariadas en Mieres. Hasta ocho rutas han sido borradas del registro federativo por falta de cuidado y mantenimiento. Entre los recorridos que la Fempa ya no reconoce se encuentran el paseo fluvial del río Caudal y la Senda Verde de Turón, cuyo desarrollo costó dos millones de euros.
"En su momento advertimos al Ayuntamiento del abandono que sufrían las sendas y se nos contestó que no había dinero para mantener estos caminos", apunta Ángel Fernández Ortega, responsable del área de senderos de la Federación. El malestar entre los federativos es grande. "Desde hace tiempo percibimos una total falta de sensibilidad por parte del Ayuntamiento de Mieres en lo que se refiere al cuidado de las rutas, lo que ha terminado por obligarnos a eliminar las sendas del mapa de rutas". En total, son algo más de un centenar de kilómetros lo que han quedado descatalogados.
Las rutas que no han pasado el filtro de la Fempa son las siguientes: Senda de los Caseríos y Brañas Turonesas, que transcurre a lo largo de casi 15 kilómetros junto al cordal de Longalendo; senda del valle de Loredo, una iniciativa impulsada por el movimiento vecinal de casi 10 kilómetros de longitud; sendero del valle de Cuna, que transcurre por los cordales de Cuba y Segá, junto a las sierras de Diego y Gallegos y alcanza los 12 kilómetros de longitud; ruta de la sierra de Llagos, que se trata de un recorrido de 6 kilómetros por el entorno de la localidad de Baíña; la ruta de Llosorio, de 15 kilómetros; la ruta de San Justo, de pocos más de 8 kilómetros; la ruta de Llama, de 14 kilómetros; y las ya citadas sendas peatonales del Río Caudal y Turón, que conjuntamente suman unos 25 kilómetros y conllevaron inversiones millonarias.
"Es una pena que no se cuiden estos enclaves, ya que contribuyen a atraer visitantes", remarca Ángel Fernández Ortega. La Federación ha descatalogado estos caminos al percibir que el Ayuntamiento no contribuye a mantenerlos, sin abordar tareas periódicas de desbroce, renovación de la señalización ni iniciativas de carácter divulgativo. Un claro ejemplo es el estado de la Senda Verde de Turón, inaugurada hace 15 años tras una inversión de dos millones de euros: "La zona alta de esta ruta se encuentra impracticable", apunta Fernández Ortega.
