"La toponimia minera supone todo un patrimonio verbal asturiano, imprescindible a la hora de entender la historia en el presente de un paisaje regional cualquiera", afirmó el doctor en Filología Xulio Concepción Suárez en la charla coloquio titulada "El paisaje toponímico minero: el valor de la Tierra Madre traducido a palabras del terreno". Un acto organizado por la Asociación Cultural "Camín de Mieres" que contó con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

La charla fue presentada por Mar Montero, representante de la entidad organizadora, que resaltó la generosidad y el compromiso de Concepción, "siempre dispuesto a compartir sus conocimientos, que son muchos". Xulio Concepción, escritor, experto en etimología y miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos, alertó de que "los nombres de los enclaves se nos están yendo, lo cual es lamentable, pues tras cada uno de ellos hay unas vidas, unos pueblos, costumbres y, como en el caso de la minería, referencias a la productividad". De ahí el propósito del RIDEA de elaborar un diccionario toponímico minero, sobre el que el ponente instó a la participación de los conocedores más cercanos. "Necesitamos los conocimientos y la memoria de montañeros y mineros, y que esa información sea recogida y ordenada aprovechando los modernos recursos digitales", dijo el ponente, que señaló que "la toponimia sería el GPS de los mineros".

Llama la atención que la mayoría de los nombres relacionados con la minería son femeninos. "Esto es debido a que lo grande, generoso, abundante y productivo siempre se nombró en femenino, como es la Naturaleza o la Tierra Madre", explicó el filólogo lenense, muy preocupado por la pérdida de este patrimonio oral, así como por el deterioro del paisaje histórico minero. "Los antiguos pobladores fueron diseñando un paisaje dando los nombres exactos a cada enclave", manifestó Concepción, que puso abundantes ejemplos de términos que hacen referencia a la forma, ubicación, productividad y elementos presentes o peligros. "Se aprecia una exactitud matemática a la hora de nombrar", recalcó el ponente.

Esa exactitud se repite también en los nombres de las minas y capas, con los que quedan definidas sus características más relevantes: tipo de mineral, dificultad de acceso, productividad, situación, incluso la procedencia de sus explotadores. "En definitiva, el lenguaje toponímico minero ofrece todo un paisaje verbal -multicolor, intercultural, pluriforme- como patrimonio asturiano para construir y reconstruir la historia de cada territorio", añadió Concepción, que dedicó la última parte de su exposición a los problemas de agua como consecuencia de la construcción de la variante ferroviaria. "El trazado pasa cerca de al menos catorce enclaves cuyos nombres hacen referencia al agua; es una información que se ignoró, con los consiguientes problemas y unas consecuencias que se verán en el futuro", aseveró.