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Nuevo urbanismo, viejo documento

El Plan General de Mieres, tan esperado en barrios como Requejo, estará listo al final del actual mandato, después de 20 años de trámites

El barrio mierense de Requejo, que necesita el plan para abordar reformas en sus casas. A. VELASCO

La tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Mieres va camino de eternizarse. El objetivo del gobierno local es que esté aprobado de forma definitiva antes de terminar el mandato, pero para eso todavía faltan numerosos trámites administrativos. Y es que lo farragoso dela puesta en marcha de esta nueva norma urbanística para el concejo va a conllevar que se empleen casi 20 años en su desarrollo. Comenzó a tramitarse con el PSOE en el gobierno local, e IU, tres mandatos después, espera culminar el trabajo.

El pasado verano, los gestores municipales calculaban poder pasar a la aprobación inicial antes de finales de 2019, tras recibir informes positivos de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA), y de otras 17 entidades. El Ayuntamiento mierense debía entonces incluir una serie de modificaciones en el proyecto, que aún siguen pendientes. Según explicaron desde el consistorio, la jubilación de dos técnicos conllevó que la oficina se quedase casi sin personal. Durante este mes, esas plazas serán cubiertas, y la Concejalía de Desarrollo Urbano ha adquirido el compromiso de ponerse a revisar el plan en profundidad para lograr desbloquear el punto en el que lleva más de un año.

El proyecto urbanísitico deberá ser revisado por los técnicos municipales. A su vez, el Ayuntamiento también debe contratar a una empresa externa que se encargue de las modificaciones del documento, toda vez que la firma que lo elaboró ha quebrado. Tras estas modificaciones, casi un centenar de administraciones y organismos públicos deberán de dar el visto bueno a la nueva ordenación del territorio mierense, un paso previo a la aprobación inicial del plan. Una vez dado este paso, se deberá exponer a información pública, y vecinos y entidades podrán alegar a la norma. Un proceso que también puede ser farragoso si la documentación recibe muchas trabas por parte de la comunidad vecinal o de otros organismos.

Tras resolver ese proceso, el Pleno del Ayuntamiento de Mieres podría proceder ya a la aprobación definitiva de un plan que llevaría dos décadas en tramitación, con modificaciones sustanciales en su contenido a lo largo de los años, debido también a la transformación que ha venido sufriendo la villa de Mieres desde entonces. Pérdida de industria derivada del cierre de minas, caída de población, reordenaciones parciales en la ciudad, la construcción del ensanche urbano de La Mayacina o la entrada norte con la glorieta y el parking de Oñón, son solo algunos de los cambios que durante estos lustros se han venido produciendo.

La gestación de la nueva normativa urbanística para Mieres ha conllevado un farragoso proceso de casi tres lustros. El documento es muy esperado en algunos barrios, como el de Requejo. Sus vecinos llevan más de 20 años sin poder abordar reformas estructurales, y apenas han recibido permisos para retejar y pintar las fachadas, ante la dureza de la normativa actual. Esta situación ha tenido un coste. Más de la mitad de las casas de esta emblemática zona del casco urbano están vacías. Lo peor es que muchos de estos inmuebles están en estado de ruina. Muchos esperan el nuevo PGOU para poder actuar en sus propiedades.

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