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Los pacientes del centro de Barros que empeoran ingresan en el Hospital de Riaño

El complejo sanitario cuenta desde la pasada semana con una planta para positivos de covid-19 y otra para los casos pendientes de la prueba

Ambulancias a las puertas del centro neurológico de Barros. JUAN PLAZA

El hospital Valle del Nalón asume desde la pasada semana los ingresos hospitalarios de los pacientes de covid-19 del Centro de Referencia para personas con Discapacidades Neurológicas (Credine) de Barros, cuando su pronóstico se complica. Hasta hace unos días, en Riaño solo se atendía a estos pacientes en Urgencias. Si era necesario su ingreso en planta, eran derivados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo. Sin embargo, la pasada semana, el complejo sanitario comarcal pasó a ingresar a pacientes de coronavirus de esta segunda ola de la epidemia, con lo que también acoge a los que puedan venir de Barros.

En el hospital Valle del Nalón hay actualmente una planta para casos de coronavirus y otra planta "precovid", para aquellas personas con afecciones respiratorias o síntomas compatibles con la enfermedad a la espera de los resultados de las pruebas.

El complejo de Barros fue habilitado a finales de marzo para recibir a pacientes de coronavirus. El día 22 ya ingresaron los tres primeros afectados en el centro, que abría de esta forma sus puertas con un destino diferente al que estaba previsto, el de centro de referencia estatal para personas con discapacidades neurológicas. La instalación, que dispone de 60 habitaciones con baño individual, acogió en un primer momento a personas positivas del nuevo coronavirus que estaban asintomáticas o presentaban un estado leve de la enfermedad y que no podían permanecer en aislamiento en sus domicilios o en centros sanitarios. Posteriormente también empezaron a llegar pacientes de brotes detectados en geriátricos.

El centro seguirá acogiendo casos de coronavirus mientras dure la crisis sanitaria. Complicaciones técnicas, trabas administrativas, problemas presupuestarios, modificaciones de obra y el proceso concursal de la adjudicataria han venido demorando y, en ocasiones, paralizado por completo durante meses la apertura del centro de Barros para su cometido original.

En la década que ha pasado desde el inicio de las obras (los trabajos empezaron a finales de 2009), la instalación perdió incluso el nombre, al no recibir la autorización para llevar el del científico Stephen Hawking, fallecido en 2018. También ha habido recortes sobre el plan original en lo referente al empleo.

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