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Las Cuencas ya suman 14.000 viviendas vacías, muchas en las barriadas mineras

El despoblamiento, la reticencia a alquilar y el deterioro y los precios inflados de algunos pisos de segunda mano explican la tendencia

Un bloque con varios pisos en venta en Mieres

En el valle de San Juan resisten ante el despoblamiento poco más de 1.400 vecinos. No son ni la cuarta parte del recuento que se hacía en los años boyantes de la minería: "Había portales en los que vivía medio centenar de críos y ahora, como mucho, hay uno", puntualizan desde la asociación de vecinos. Lo sucedido en esta localidad mierense tiene proyección en todo el territorio de las cuencas mineras. Las consecuencias sociales se ramifican entrelazándose. Una de ellas es que cada vez son más las viviendas que se van quedando vacías. Sumando las comarcas del Caudal y del Nalón, el recuento supera los 14.000 inmuebles desocupados. Es casi el equivalente a que todas las residencias de Lena y Laviana quedarán vacías.

En España, y siempre según el Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 3,4 millones de viviendas vacías. No llegan al 14 por ciento del total del parque nacional. El 58% de los pisos vacíos, 1,9 millones, se encuentran en municipios de menos de 50.000 habitantes. Las Cuencas aportan a este agujero 14.019 propiedades sin uso. La cifra no incluye a Caso y Sobrescobio, ya que el INE solo contabiliza en esta estadísticas a los concejos de más de 2.000 habitantes.

Si el porcentaje de pisos y casas vacías roza en el conjunto de España el 14 por ciento del total, en los valles mineros supera ligeramente el 16. El balance no se desvía desmedidamente pese al vertiginoso desplome demográfico. En conjunto, en el último año, las Cuencas perdieron un total de 1.488 vecinos, algo menos de los 1.496 que habitantes que se dejaron entre 2019 y 2020. En los últimos 25 años, desde 1996, la comarca ha perdido 46.668 habitantes, más de un 26 por ciento de su población y una cifra que supera con creces el número de vecinos que tienen en la actualidad cualquiera de los dos concejos más poblados de los valles del Caudal y del Nalón.

Desde el gobierno de Mieres se sostiene que uno de los factores que ralentiza la desocupación inmobiliaria es el gran número de personas mayores que viven solas. En el municipio hay cerca de 2.000 mujeres que viven solas, viudas en su mayoría y mayores de 75 años. Pero se trata tan solo de una de las muchas hipótesis que se barajan a la hora de valorar la situación del parque inmobiliario.

Las inmobiliarias detectan que una parte importante de la bolsa de viviendas sin uso se encuentra en las barriadas mineras. Entre los años cincuenta y setenta, la construcción de los barrios obreros en las principales localidades de las Cuencas impulsaron el mercado inmobiliario y el urbanismo. Permitieron acoger a una gran cantidad de familias, muchas llegadas desde otras comunidades autónomas, buscando un trabajo en las decenas de pozos de carbón que salpicaban el paisaje de la comarca. Setenta años después, cerradas ya aquellas minas, y con una población menguante cuyos jóvenes buscan oportunidades de trabajo en otras partes, las barriadas siguen siendo protagonistas del mercado inmobiliario. Estos pisos que solían habitar las familias obreras son hoy adquiridos por personas que prefieren utilizarlos como segunda residencia, tal y como confirman varias inmobiliarias consultadas por este periódico.

Coste

El precio es, en muchos casos, el principal atractivo de los pisos a la venta en las barriadas mineras: "Acabamos de vender a una familia de Madrid un bajo de tres habitaciones en buen estado por 9.000 euros", señala Gonzalo López , de la inmobiliaria Goncasa. Con todo, no es sencillo sacar conclusiones sobre la realidad del mercado. Otras inmobiliarias de Mieres consultadas por este diario apuntan que en el casco urbano "los propietarios por regla general son reacios a bajar los precios de los pisos". En lo que si hay consenso es que en el territorio hay muy poca cultura de alquiler.

La importante cuestión del precio ofrece muchos puntos de análisis. Según el estudio del portal Idealista (basado en su informe de precios del mes de julio de 2021), el municipio más barato de España para vivir está en la provincia de Toledo. El Carpio de Tajo tiene el metro cuadrado más económico, con una media de 304 euros por metro cuadrado. En Asturias, el primero de la lista es el concejo de San Martín del Rey Aurelio, donde los propietarios piden una media de 550 euros por metro cuadrado a los demandantes de vivienda. Las inmobiliarias consultadas por este diario coinciden en que los precios en San Martín son más bajos que en otras zonas del centro de la región, pero no se alejan de los que puede haber en municipios vecinos o en otros puntos de las Cuencas. "En estos estudios influye mucho el marco que cojas y la fecha en la que se hagan. En San Martín las viviendas están más baratas que en Gijón o Avilés, pero no difieren mucho de lo que pueden encontrarte en Langreo o en Laviana, por ejemplo", explica José Sierra, agente de una inmobiliaria de San Martín, que añade: "También depende mucho la zona concreta del concejo".

Con un parque de viviendas de 87.671, más de 14.000 están sin uso. La concentración de residencias vacías es bastante uniforme tanto en el Caudal como en el Nalón, si exceptuamos el caso de Aller. El municipio cuenta con 8.537 inmuebles residenciales, de los que 2.148 están vacíos. Se trata de un sorprendente 25 por ciento. Es un caso extremo no solo dentro de los valles mineros, sino de todo el territorio nacional. Una de cada cuatro viviendas, siempre según el INE, están vacías: "Es cierto que el caso de Aller es llamativo. Se ha ido mucha gente y actualmente no hay demanda de compradores. Para vender un piso en Cabañaquinta casi lo tienes que regalar", señala Gonzalo López.

Mal estado

Precio, ubicación y finalmente estado de deterioro. El tercer factor que suele tener importancia en el mercado inmobiliario arroja un mal balance en las Cuencas, al menos a ojo de los profesionales. El INE advierte que la gran mayoría de las viviendas desocupadas en España, un 82% en concreto, está en buen estado. En las Cuencas no hay estadísticas de este tipo desglosadas, pero la percepción es muy distinta: "Hay muchas infravivienda", coinciden en apuntan varios responsables inmobiliarios.

Mieres y Langreo escenifican el deterioro que padece el parque inmobiliario. Entre ambos ayuntamientos sumarán, al final de este mandato municipal, más de 150 inmuebles derribados. Pero no solo en Langreo y Mieres, también en el resto de las Cuencas la pronunciada despoblación, primero en zonas rurales, luego también en algunas áreas urbanas, ha hecho que haya cientos de edificios en esta situación.

En Langreo se ha licitado un nuevo plan de derribos, valorado en 250.000 euros y que afectará a 25 construcciones en todo el concejo. Entre este mandato y el anterior se superarán así el centenar de inmuebles demolidos. Se usa la fórmula de derribo subsidiario.

Por su parte, el Ayuntamiento de Mieres destinó el año pasado una cobertura presupuestaria de 200.000 euros para demoliciones subsidiarias, es decir, derribos de inmuebles en ruinas que, a pesar de no ser de titularidad municipal, suponen algún tipo de riesgo por desprendimientos o posible derrumbe. Lo elevado de esta cantidad revela la magnitud de un problema en crecimiento. El municipio cuenta con más de 1.300 residencias anteriores al año 1900, muchas de ellas en pueblo abandonados.

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