Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
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Los vecinos de Ciaño han vuelto a pasear sin miedo por las calles de su pueblo. Pero para disfrutar con tranquilidad de los espacios públicos han tenido que reunirse en una manifestación casi dos mil personas. Muchos pasos, pero un solo rugido en forma de clamor. «Solo queremos salir de casa sin temor». Y es que la sensación de inseguridad ha rebosado la paciencia de los vecinos tras la brutal agresión que el 22 de febrero sufrió una joven en el paseo fluvial del Nalón.
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El agresor, que atacó a la mujer sin previo aviso con un martillo, quedó en libertad, con cargos, tras prestar declaración en los juzgados. Cientos de vecinos indignados le reprocharon a gritos, delante de su casa, su delictiva conducta. «Asesino» fue lo más suave que le llamaron mientras amigos del agresor se divertían sacando fotos a la enrabietada multitud, riéndose divertidos desde el piso contiguo: «Se sienten intocables y nos amargan la vida»