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Carlos Cuesta

A contracorriente

Carlos Cuesta

Despropósito acuático

Los retrasos para hacer realidad la navegabilidad en el pantano de Tanes, una medida que impulsaría el turismo

El uso lúdico del embalse de Tanes es un tema que aburre. Ya son muchos años con esa posibilidad para incentivar la causa turística en un parque natural espléndido por su ecosistema, pero vacío en experiencias para el parroquiano y visitante. Las ideas avanzadas del empresario lavianés Moisés Trelles de convertir el embalse en un lugar de asueto para la pesca y el piragüismo, siempre dentro de un desarrollo armónico y ejemplar con el medio ambiente, se quedaron en agua de borrajas.

Esa demanda de la administración local casina, de los emprendedores y de la sociedad civil está quedando en voluntad de acción más que en una realidad tangible. La utilización acuática de las aguas embalsadas no representa ningún peligro para la salubridad de los consumidores y sin embargo sería una apuesta loable para animar a un turismo bien entendido que por estos lares escasea.

Embalse de Tanes.

Existe un paisaje envidiable, una gastronomía verdadera y próxima al turista accidental, moradores hospitalarios, pero falta aprovechar con lógica y mejor tino los recursos existentes en un enclave con toques de paraíso. Y a ese embalse de Tanes hay que darle vida y ánimo para que las gentes disfrutadoras de la reserva natural tengan algún aliciente más en sus momentos de placer y ocio. La navegabilidad en estas aguas está aprobada en Consejo de Gobierno y tiene el visto bueno de los padres de la cosa pública asturiana. Y nada de nada. El despropósito sigue encima de la mesa de Cadasa, el consorcio de aguas de Asturias que no está por la labor.

Dos consejeros enfrentados por este debate absurdo y las aguas tristes del embalse casín siguen esperando a esas piraguas cautivas, que no foráneas, para surcar el manto acuático de unos entornos plenos de armonía y belleza visual. Los expertos dicen que esas futuras embarcaciones no contaminan el ambiente, que es mucho más dañino el fondo del embalse con algas enfermas y detritus populares. La buena depuradora todo lo arregla. En este caso complejo y cargado de contradicciones, solo se busca voluntad política, más sentido común y hacer las cosas bien. Redes es un parque muy limitado en actividades recreativas y el momento exige más flexibilidad y menos prohibiciones. El turismo como actividad económica necesita de un desarrollo sostenible y dinámico que beneficie a la comunidad local. De lo contrario, mal vamos.

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