La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Libros

Politización de la cultura

Paradojas de lo cool, una reflexión de Alberto Santamaría sobre las formas de poner límites a la propaganda del mercado

Vivimos en un estado de incertidumbre y de confusión evidente, de realidad, terminología y conceptos en cuanto a su uso, aplicación y creación de entidad o cuerpo; estructurando, de este modo, un reflejo un tanto deficitario, erróneo o de una equivocación grave explotada en grado máximo por el poder para gestionar un modelo social más acorde con sus intereses económicos y de mercado. Asistimos pues a una confusión de términos que afecta de un modo directo y preocupante a la cultura y todo lo que ésta implica. Alberto Santamaría se propone desmitificar este error conceptual ligado a la creatividad, las políticas culturales y de emprendimiento, que esconden bajo su peso otros realidades muy diferentes, otras búsquedas, y un debate o reflexión que toda esta confusión ofrece a través de un mensaje distorsionado y hueco, reflexión necesaria para quien observa y crea. Los textos que componen este libro "han sido escritos durante los dos o tres últimos años y publicados, en versiones más o menos diferentes, en diversos medios y revistas. Por tanto, su sentido de actualidad, su estar radicados en el ahora, es clave. Sin embargo, más allá de esto, todos ellos están compuestos siguiendo un hilo que los conecta dentro de lo que podríamos denominar proyecto común. Este elemento común, que enraíza los diversos textos, podría resumirse en una simple pregunta: ¿cómo (nos) narramos nuestro presente?". Como bien describe el autor "podemos pensar hoy que narrar hoy no es sólo contar una cosa, sino que, de un modo más complejo, es hacer creer otra cosa". Debemos plantearnos entonces un debate más profundo, pues la propaganda, el interés y el mercado marcan la narración propia y aquella que observamos y pretende modificar de un modo lento y sibilino nuestra conducta.

Cómo establecer por tanto una relación entre política y cultura, cómo evitar el desgaste de ésta, cuál ha de ser el papel determinante o posición del artista como agente de transformación, dónde situar la ideología o más bien dignidad y por tanto identidad de quien crea, y cómo extirpar y "Cómo acabar de una vez por todas con la creatividad" o el uso intencionado y partidista de ésta: "La ductilidad de la creatividad como concepto en manos de la derecha supone igualmente el desprecio de toda posibilidad crítica. Un artista como Hans Haacke, en su crítica de este concepto de creatividad convertido en fetiche empresarial, decía aquello de que se estaba utilizando una noción de creatividad (de origen romántico-espiritualista) de la gestión para potenciar los beneficios económicos a través del manejo inteligente de mercancías y activos artísticos. Sin embargo, creo, el problema es más complejo". Encontramos aquí posibles pautas, cauces o vías para afrontar esta confusión intencionada: "Creo que en lugar de cultura o de políticas culturales lo que necesitamos es la politización de la cultura. Es necesario, por ejemplo, un nuevo arte de propaganda cuyo fin no sea tanto lo panfletario como lo desactivador. Hacen falta fundamentalistas que sostengan que la cultura puede ser un arma política y no un simple juego de pluralismo relativista. Que la cultura debería volver a ser en cierta medida un instrumento de desactivación y no de consenso". Necesidad urgente de iniciar, por tanto, este debate pero también la acción?

Compartir el artículo

stats