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Música

Proyección interior y exterior

El panorama musical español y la queja de los intérpretes por las contrataciones

Proyección interior y exterior

Hace poco se emitió en un informativo de televisión una noticia en relación a la dificultad de los músicos españoles para tocar en su propio país y la necesidad de la nueva generación de tener que salir fuera de España para trabajar. Se mezclaban cosas distintas pero el mensaje iba en la dirección de la falta de oportunidades en las orquestas y auditorios para los músicos nacionales. Era, como todas las generalizaciones, una verdad a medias de muy difícil sustentación desde el punto de vista real. Basta con observar datos estadísticos y solventes para trazar un mapa cultural en el que la realidad es muy diferente.

Si vamos unas décadas atrás, a la gestación de las orquestas sinfónicas españolas y los auditorios que ahora están funcionado, el panorama sí era desolador para los profesionales españoles. De hecho, la deficiente formación y la escasez de efectivos propiciaron que un gran número de músicos extranjeros se asentasen en nuestro país y pasasen a engrosar la mayor parte de los miembros de las formaciones orquestales. Su presencia fue beneficiosa a medio y largo plazo y la mejora de los conservatorios propició varias generaciones de músicos de primer nivel, totalmente competitivos internacionalmente. De hecho, a día de hoy, buena parte de las plazas que van saliendo en nuestras orquestas se cubren con profesionales españoles que se miden de igual a igual en las audiciones con los de otros países. Por lo tanto sacan la plaza por su calidad, que es el único baremo con el que se ha de medir la excelencia musical.

Lógicamente el mercado ha crecido y músicos españoles trabajan en orquestas de otros países. No es algo negativo. Todo lo contrario. Es el mejor indicador de que la formación cultural española ha logrado metas impensables años atrás. No es un demérito que haya españoles en las principales orquestas alemanas, inglesas o americanas. Es un motivo de orgullo, del mismo modo que otros extranjeros están en las nuestras. La música no entiende de compartimentos estanco sino que se organiza por parámetros más amplios y ambiciosos desde el punto de vista artístico. El intercambio es la base del sistema.

También las programaciones tienen en cuenta a los solistas nacionales en sus programaciones. Las orquestas sinfónicas contratan a la mayor parte de los que están realizando carreras de primer nivel como solistas, además se realizan ciclos específicos de apoyo a los jóvenes y a los nuevos talentos; existen también formaciones orquestales específicas para los nuevos músicos y en los teatros de ópera, salvo alguna excepción, los cantantes españoles están trabajando con bastante normalidad. Tratar de decir que el sistema no funciona, en este sentido, es faltar a la verdad. Cierto que se pueden mejorar algunos aspectos, pero las bases son adecuadas. Sin duda hay que seguir apostando por el talento español, favoreciendo la calidad por encima de todo, pero a través de parámetros homologados, no con un paternalismo de pandereta que puede ser muy dañino para el sector en su conjunto.

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