La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Música

Campoamor, 125 años

El teatro ovetense festeja un aniversario que ha de mirar al futuro

El pasado domingo el teatro Campoamor festejó el 125 aniversario de su inauguración. Frente a algún teatro madrileño que incluso celebra -y obtiene por ello un jugoso mecenazgo, con importantes descuentos a sus patrocinadores, amparado por el estado- el aniversario de la mera intención de poner en marcha las obras de construcción (décadas antes de su inauguración auténtica), en Oviedo hay otro rigor y la cuenta se inicia cuando corresponde: en el momento que se alza el telón para la primera representación.

Desde 1892, el Campoamor es el corazón de cultural de Oviedo. Ha latido al ritmo de la vida durante todos estos años y las glorias y las miserias del devenir del tiempo están impresas en sus muros: los hitos de los grandes artistas, los incendios, la destrucción fruto de la violencia, que de todo ello hay en abundancia en la historia de un teatro, que es también uno de los símbolos de la ciudad y que merece especial atención.

El Campoamor ha sido objeto de reformas continuas, algunas de ellas, como la de su reinauguración en 1948, derivadas de una destrucción total previa. El teatro se ha ido adaptando a los tiempos, incluso ha crecido bajo tierra a lo largo de la plaza lateral del mismo para acoger una sala de ensayos, camerinos y dependencias varias. Desde hace un tiempo presenta una carencia relevante que nadie tiene el coraje de afrontar porque supondría una obra seria, de hondo calado y que requiere altura de miras y visión de futuro. El escenario precisa de una remodelación exhaustiva, de un replanteamiento del mismo importante como se ha hecho en la mayoría de los teatros españoles y europeos. Pero me da que, ni a corto ni a medio plazo, se puede esperar en este sentido.

Hay otros aspectos más sencillos que tampoco se tienen en cuenta y que lastran la actividad del coliseo. Es el único teatro de Europa sin una página web propia y unas redes sociales que promocionen sus actividades.

La personalidad del Campoamor está muy marcada ya en origen: es un teatro plural, capaz de acoger las más diversas manifestaciones culturales, sin que por ello se deba negar su rasgo principal y que es el que le ha dado el prestigio en el resto de España y en Europa: su vocación lírica. Ópera y zarzuela han sido esenciales a lo largo de la trayectoria del teatro y, junto a la danza, el teatro de prosa, y otros espectáculos de la más diversa índole, configuran una programación ecléctica al servicio de la ciudadanía. Es un teatro público y su capacidad de acogida amplia está la garantía de su futuro. También el cuidado en el detalle de un edificio que es, además, un bien patrimonial y que no siempre tiene, en este sentido, el mimo que merece.

El Campoamor es uno de los teatros importantes de España y creo que los gobernantes deben estar a la altura de lo que esto significa. Todo lo que se haga en favor del mismo redundará y mucho en beneficio de la ciudad y del Principado. Es muy difícil posicionar un espacio escénico en los circuitos internacionales. El coliseo de la calle Pelayo lo está desde hace décadas, con lo cual se debe continuar con el empuje inversor adecuado para que la programación y la infraestructura del mismo estén al día, teniendo la calidad como bandera y estandarte. ¡A seguir cumpliendo años! Y que lo disfrutemos por mucho tiempo.

Compartir el artículo

stats