La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte

Isidro Tascón, la fascinación de los bohíos

El raro encanto de elementales casas rurales cubanas en las que lo real y lo mágico se solapan

Isidro Tascón, la fascinación de los bohíos

Isidro Tascón (León, 1970) es artista dotado de un talento especial para el manejo de las materias, dada su acreditada capacidad para obtener muy notables resultados en la utilización de buen número de ellas en la creación plástica de una obra por lo demás también rica en variedad de técnicas y modelos expresivos aunque respondiendo siempre a una misma poética, un mismo sentido de la estética y del sentimiento artístico.

Leonés vinculado a Asturias, con exposiciones en el Museo Barjola y Vértice, hacía tiempo que no mostraba aquí su obra. Recordamos bien sin embargo, por su interés y calidad, la celebrada en el 2003, "Cualidad térmica", protagonizada por el fieltro, "materia sagrada" para Joseph Beuys, como el mundo del arte sabe, y supongo que especialmente apreciada por Isidro Tascón que para aquella muestra construyó un buen número de bellísimas estructuras plásticas en estéticas que corrían paralelas, en sus sugestiones artísticas, a tendencias como la abstracción geométrica o expresionista en pintura y escultura, obras apoyadas en ocasiones con otras materias como cristal, madera, terciopelo, tejido japonés o acrílico.

También la fotografía es disciplina que le interesa mucho, a la que dedica parte importante de su creación y en concreto la presente exposición en Oviedo. Respondiendo a esa coherencia poética a la que al principio se aludía, el artista busca en estas obras hacer compatible el carácter documental de la fotografía con la capacidad de contenedor de la memoria que también está en su naturaleza y en su testimonio. Se trata de un proyecto fotográfico que Isidro Tascón llevó a cabo en diversos pueblos de Cuba, promovido por la Consejería Cultural de la Embajada de España en La Habana, con la colaboración de otras instituciones: documentar cien fachadas de bohíos, las típicas casas rurales cubanas, su estética y su peculiar arquitectura.

El origen del proyecto estuvo en un viaje previo realizado por Isidro Tascón, cuando según cuenta se sintió fascinado por el encanto y la rara belleza de estas viviendas elementales. No puede haber nada mejor que la fascinación para justificar un proyecto artístico, porque sucede que, como el pintor, el fotógrafo y por mucho que lo primordial de su obra sea la referencia a la realidad, no solo retrata lo que ve sino también la relación que ha establecido con las imágenes que ha visto. No tanto la realidad objetiva sino la fascinación que ha experimentado, sus percepciones sensoriales, sus emociones, eso es lo que, como todo artista, intenta comunicar a quien vea su obra. Y de ahí, la obsesión por reflejar esa luz viviente, esa atmósfera, esa perspectiva, los colores, la vegetación... Y por otra parte la soledad de las parejas de sillas, únicas presencias en el porche vacío, junto a puertas y ventanas atrancadas. Lo real y lo mágico se confunden. la belleza del entorno y la soledad de lo humano conmueven, y entonces las imágenes tienen la capacidad de transmitir una nostalgia antigua y enigmática con la que nos identificamos e, inexplicablemente, sentimos que es algo que no nos es ajeno. Por eso las fotos pueden ser también fascinantes, y por eso estas lo son.

Compartir el artículo

stats