Avilés, Juan C. GALÁN

Mil días de entrenamiento. Millones de golpes de raqueta. Aprendizaje, perfeccionamiento. Error. Volver a empezar. Ocho meses de labor diaria tuvieron un extraordinario colofón. El Avilés Tenis de Mesa vuelve a la élite nacional. Y de qué manera. El club consiguió un histórico doblete: el equipo femenino alcanzó en Burgos la Superdivisión, la máxima categoría del tenis de mesa español. A 549 kilómetros al Este, en la localidad pontevedresa de Cambados, el equipo masculino redondeaba un fin de semana memorable con el ascenso a División de Honor.

El equipo femenino del Avilés ya es uno de los diez mejores de España. En muchos aspectos, el conjunto que dirige Mari Paz Cordo asemeja a aquél que hizo historia en 1996, aunque en categoría masculina. Wang Ying, recuerda por calidad y profesionalidad, al inolvidable Xao. El resto de jugadoras, a excepción de la catalana Claudia Cejas, ha nacido en Avilés y en su ciudad comenzaron a jugar al tenis de mesa. Lo mismo sucedía con aquel equipo que logró un puesto en la Copa «Nancy Evans», comparable a la futbolística Copa de la UEFA. Sólo la falta de apoyo económico privó a un equipo de Avilés de jugar en Europa. Por eso, el ascenso del equipo femenino a Superdivisión femenina tiene el aroma del pasado, de la recuperación de un puesto en la élite que el destino parecía tenerle reservado al Avilés.

Las avilesinas accedieron a la fase de ascenso como mejor tercero de los dos grupos de División de Honor. La retirada del Balaguer le otorgó la posibilidad de luchar por el ascenso. Ya en Burgos, el Avilés echó toda la carne en el asador. Tras empezar con derrota ante las anfitrionas, club que acompaña al avilesino a Superdivisión, las de Mari Paz Cordo reaccionaron para lograr el ascenso al imponerse al Cajasur de Córdoba y al Motril. La calidad del equipo, de sólo 18 años de media, fue determinante. Raquel Bonilla y Alba Rodríguez, la representación avilesina, son dos de las mejores juveniles del país. Junto a ellas, la china Wang Ying, una de las claves del ascenso, y Claudia Cejas. Ellas tendrán el privilegio de jugar en la máxima categoría. «A no ser que nos llegue un patrocinador que nos dé el oro y el moro, no vamos a tocar el equipo. Las chicas se lo merecen, aunque bajemos en la primera vuelta», señala el director técnico y alma máter del club, Juan Carlos Paramá.

El ascenso del equipo masculino fue más apretado. Tras perder ante el Linares en el partido decisivo, el mejor coeficiente en la Liga regular le otorgó premio en detrimento del Gasteiz. Ambos luchaban por ocupar la vacante del Leka donostiarra, que desciende a Primera arrastrado por su equipo de Superdivisión.

Si la juventud es el rasgo distintivo del equipo femenino, la veteranía fue un grado en el caso del masculino. Félix González, el nigeriano Kazheen Ahmed, Jorge Paramá y Luis Aurelio Álvarez lograron el ascenso.