Gijón, Rubén DÍAZ

Alberto Rivera (Puertollano, Ciudad Real, 16-02-78) ha sido el corazón y el alma del Sporting en el centro del campo la pasada campaña. Durante toda la temporada el equipo gijonés ha vivido enganchado a su juego, derroche físico y sentido táctico. La afición rojiblanca, sencillamente, le idolatra.

- Temporada dura, pero el objetivo que se marcó la plantilla al inicio se satisfizo.

- Sí, el objetivo se cumplió. Y con esa ilusión, perspectiva y esperanzas arrancamos todo el plantel al inicio de la temporada. Creo que el equipo hizo una temporada muy buena, en especial, las primeras tres cuartas partes de la Liga, que a mi entender, fueron francamente buenas. Creo que todos debemos estar satisfechos. Al final es cierto que se sufrió un poquito más de lo que nos imaginábamos, pero es que ésta es la Liga de España, la mejor del mundo en estos momentos. Y en ese sentido era difícil el no lograr sufrir al final.

- A nivel personal la temporada no ha podido ser más reconfortante. Desde el primer momento dio la impresión que era una especie de general con mando en plaza.

- No para nada? (risas) por lo que estoy contentísimo es porque me he encontrado con un club sensacional, tanto a nivel deportivo como a nivel de trato personal con el consejo de administración, el cuerpo técnico y todos los integrantes de la plantilla. Y sobre todo porque los resultados han acompañado y con el esfuerzo y el trabajo de todos hemos conseguido que el Sporting continúe una temporada más en Primera. Eso es lo verdaderamente importante y lo que nos tiene que alegrar a todos. Además, durante la temporada, la verdad es que todo ha ido viniendo dado, los resultados han ido llegando y lo lógico es que el ambiente sea bueno y haya sensaciones positivas.

- ¿Ser un jugador de la máxima confianza de Preciado y sus 32 años le han convertido en la prolongación del entrenador en el terreno de juego?

- Es evidente que el llevar acumulados muchos partidos a tus espaldas y haber jugado en unos cuantos equipos te ha permitido haber visto muchas cosas y que adquieras experiencias. Y es lógico que en un determinado momento seas un jugador al que hay que exigirle y que pueda aconsejar a los más jóvenes e incluso a gente que debutaba como yo en el equipo esta temporada. He intentado aportar lo poco que sé para ayudar a sumar y que el equipo lograra lo que todos buscábamos, que era estar en el sorteo de los veinte equipos de Primera este verano. Y además, a nivel personal, me sentía obligado a devolver al entrenador la confianza que ha depositado en mí.

- Desde fuera daba la impresión que este equipo estaba todavía «tierno». ¿También lo notó usted y se dio cuenta que tendría que desempeñar un rol de liderazgo?

- Sí. Eres un jugador nuevo y además de los más veteranos. Además, a priori, eres uno de los fichajes importantes para el club. Y sobre todo eres un fichaje respaldado por el entrenador, así que tienes que dar ese plus que hace falta. Se ha intentado hacer, se ha intentado ayudar en todo lo que ha sido posible y, la verdad, que uno está contento al final porque más o menos se ha conseguido.

- Los últimos diez o doce partidos parecía que iba con la gasolina justa, ¿Se le hizo un poco larga la temporada?

- Vas notando la tensión de la competición con el paso del tiempo. La temporada es larga y muy exigente y además en determinados momentos del tramo final de la Liga no hemos tenido la fortuna que habíamos tenidos al principio. Los resultados te van marcando. Pero no hay que olvidar que igual que el tramo final nos ha costado un poco, en buena parte de la temporada hicimos grandes partidos, incluso a nivel nacional se hablaba del Sporting. Es evidente que estar toda la campaña al 100% no lo aguanta nadie. Creo que tanto a nivel personal, como colectivo, lo importante es que nos hemos sobrepuesto a momentos difíciles. Y eso sirve para madurar y como bagaje para la temporada que viene.

- ¿Echó en falta a Michel durante toda la segunda vuelta?

- Está en la Premier League por méritos propios, el Birmingham pagó una cifra considerable por él. Es evidente que demostró que es un gran futbolista, un jugador muy importante. Pero también es verdad que los jugadores que han ido participando luego lo han hecho francamente bien. No hay que olvidar que a final de temporada, en partidos claves, Diego Camacho, para mí, fue una pieza importante dentro del grupo. Lo que ocurre es que coincidió que cuando Michel estaba en el equipo fue nuestra mejor etapa de la temporada, pero también contamos con la porción de suerte en determinados momentos, que luego, en la segunda vuelta, no tuvimos.

- Desde su marcha, el Sporting optó por un estilo más directo.

- Sí, puede ser, pero te lo marca un poco la situación. Y sobre todo que cuando se va acercando el final de temporada puedes apreciar que todos los equipos dejan de jugar tan alegre. Hay mucha más tensión, los encuentros son mucho más disputados. El motivo es porque los equipos quieren cometer muchos menos errores y se juega mucho más directo. Es muy difícil encontrar un equipo que desde la primera jornada hasta la última juegue elaborado. Con la tensión cercana por lograr los objetivos cuesta más jugar.

- ¿Hubo exceso de confianza o de responsabilidad en la plantilla cuando tras ganar al Dépor vieron que quedaba mucha competición por delante para sellar la permanencia ?

- Es evidente que pudimos conseguir la salvación antes, pero hay que analizar individualmente los partidos. Ante el Tenerife y el Valladolid, el hecho de querer ganar como fuera esos partidos, se vino en nuestra contra. Tendríamos que haber jugado mucho más relajados, siendo conscientes que con no perder tenías bastante. Pero la ansiedad por querer sentenciar motivó que se perdieran. Y tuvimos que viajar a Málaga con presión. El resumen es que al final costó un poco más lograr la permanencia.

- Habla de partidos clave para lograr la permanencia y se olvida del choque con el Xerez. Un día amargo para usted por el error que facilitó el empate. Sin embargo, la reacción de El Molinón fue un silencio respetuoso.

- Sin duda, en un momento tan doloroso, porque de no haber fallado hubiésemos tenido la salvación al alcance de la mano, te das cuenta que la afición asumió que un error lo puede tener cualquiera. Me mostró todo su respeto y su apoyo cuando más lo necesitaba, después de regalar un gol al rival.

- ¿Y qué pensaba cuando escuchaba a los aficionados decir "hay que cruzar los dedos para que no se nos lesione Rivera"?.

Es un poco exagerado (risas). Aquí somos veinticinco que hemos formado un bloque compacto, un grupo unido, y por eso nos hemos mantenido. Todos remamos en la misma dirección y eso se nota. Es muy difícil que con la armonía que hay en este equipo las cosas no salgan bien. Lo bueno es que hay equipo, hay madera y creo que tenemos condiciones para pelear por estar sin problemas en Primera.

- ¿El Sporting debe volver a marcarse como objetivo la permanencia?

- A día de hoy y teniendo en cuenta la situación del club, nosotros tenemos que volver aquí después de las vacaciones pensando en lograr la permanencia. Que a mitad de temporada o al final puedes pelear otras cosas, pues bienvenido sea y por supuesto no lo vamos a desechar. Pero creo que al llegar aquí nuestro objetivo debe ser la salvación porque te pones a ver los presupuestos de la mayoría de los equipos son superiores a los del Sporting.

- El club ya ha fichado a Sangoy, Ayoze y Nacho Novo. ¿Qué opinión te merecen?

- De lo que puedo opinar más es del trabajo del club. Y lo cierto es que el trabajo que vienen desempeñando no sólo este año si no durante las últimas campañas, es espectacular. Porque hay que moverse rápido cuando no puedes disfrutar de un poder económico y adquisitivo importante. Hay que tener en cuenta que somos un equipo que tiene que estar peleando mucho por traer jugadores y afinar, porque si no se acierta con un fichaje puede tener más repercusión deportiva que en otro club que dispone de mayor poder presupuestario.

- ¿Qué falta para construir un proyecto de equipo más sólido?

- No lo sé. Para mí, uno de los fichajes más importantes ya lo tenemos; el refuerzo realmente fundamental, es la continuidad de Rafael Sastre. Es un jugador verdaderamente importante tanto dentro del vestuario como en el terreno de juego, porque cuando tiene la oportunidad de jugar demuestra que lo da todo.

- ¿Cuánto perdería este equipo si Diego Castro es traspasado?

- Diego es una pieza básica para nosotros. Se trata de un jugador increíble, así que lo normal en sus circunstancias es que media España se lo rife. Claro que notaríamos su ausencia, ha metido diez goles, ha estado en boca de todos. Y ya hablando a nivel humano, para mí se trata de un gran amigo y compañero; sólo puedo desearle lo mejor. Pero me encantaría que siguiera en la plantilla.