Durban

Holanda y Eslovaquia se enfrentan hoy por un puesto en los cuartos de final. Las motivaciones de ambos equipos son bien distintas. Holanda, tras hacer una gran primera fase, llega con la responsabilidad de cumplir los pronósticos que la colocan como una de las grandes selecciones de este campeonato. La eliminación sería un fracaso sin paliativos para la «oranje». De manera muy diferente afronta Eslovaquia este partido. En su debut mundialista consiguió la gesta de eliminar a Italia en el último partido de la primera fase y clasificarse así para octavos. Todo lo que consiga a partir de ahora el equipo de Vladimir Weiss sería rizar el rizo de un campeonato que ya, pase lo que pase, habrá sido un enorme éxito para ellos.

Holanda viene de ganar los tres partidos en su fase de grupos y sin pasar ningún tipo de problemas. Y eso que su estrella más desequilibrante, Arjen Robben, no debutó hasta el último encuentro ante Camerún, en el que salió de suplente y dio muestras de su calidad y capacidad de desborde. En el partido de hoy Robben será titular y tratará de convertirse en la peor pesadilla de los defensores eslovacos. También cuenta Holanda con la pegada de Sneijder, que se encuentra un magnífico estado de forma y que ya consiguió un gol que le dio la victoria a su país ante Japón. En la delantera el seleccionador Van Marwijk continuará confiando en sus dos arietes habituales: Kuyt y Van Persie, que en lo que va de campeonato han hecho una diana cada uno.

La selección eslovaca cuenta, además de con el desparpajo del debutante, con el acierto de su delantero Vittek, que con sus tres decisivos goles se ha colocado entre los máximos goleadores del campeonato. Con humildad, los centroeuropeos trasladarán la presión a los holandeses y confiarán en su solidez para dar la sorpresa.