El primer día después del valle de lágrimas ha llegado. A las doce del mediodía, hora escasamente taurina, dará comienzo el duelo con un rival, que no enemigo, de cuidado, el Osasuna de Pamplona, primera prueba para la nueva etapa rojiblanca, que ha de ser buena por necesidades del servicio y porque, lo dice todo el mundo, el buen trabajo se tiene que notar en el campo. Que se lo digan al Athletic de Bilbao y al Espanyol, que mostraban ayer el fútbol de autor que les están imponiendo dos entrenadores de primera línea, Marcelo Bielsa y Mauricio Pochettino. El partido de San Mamés fue uno de esos homenajes al fútbol que aparecen varias veces a lo largo de la temporada. El empate a tres lo dice todo, con el gol final de los catalanes en el minuto y medio del descuento. Grandioso espectáculo el vivido por los aficionados que tuvieron la suerte de estar en San Mamés en jornada de frío y agua. Porque ese tipo de partidos hay que vivirlos en el campo.

El Sporting ahora mismo está en otra pelea, con un entrenador debutante, Iñaki Tejada, que viene a abrir una nueva etapa después de cinco temporadas y media. Napoleón reclamaba que sus generales tuvieran buena suerte porque el bastón de mando lo llevaba cada soldado en su mochila. El nuevo entrenador rojiblanco ha sacado el bastón de mando y ha enviado a la nevera a los supuestos participantes en la excursión nocturna a Pola de Siero, patria del gran Malcorne. Y como en los buenos tiempos, dieciocho a la lista y el resto a sus casas, que es donde mejor se está en las noches frías de este invierno decepcionante.

El sportinguismo más sensato está detrás de Iñaki Tejada porque sabe que el nuevo entrenador es la gran esperanza para enderezar la nave que ha errado el rumbo más de la cuenta. Las cifras, como el algodón, no engañan y cinco victorias en veinte jornadas componen un balance paupérrimo, incluso para un club modesto como el Sporting. Una cuarta parte de los partidos se ganan y casi la mitad, doce, se pierden. Demasiado poco para lo que cabe esperar de un equipo que quiere ser competitivo. Pese a ello, la salvación está a un paso.

Por cierto, se dice, se comenta una maldad de primera especial sobre el desenlace final del traspaso de José Ángel al Roma de Luis Enrique, maldad que, el lector comprenderá, no es publicable por razones de índole legal. Aunque la maldad tiene tela marinera. Pero está claro que la cuestión se plantea: si pregunto, ¿molesto?: ¿qué entrenador asturiano ha regresado a los entrenamientos de Mareo «porque ahora se ven cosas interesantes, no como antes»? Así están las cosas tras el valle de lágrimas y ante la aparición en el área técnica de Iñaki Tejada, que a partir de ahora no tendrá que entrar en ella para que otros se fumen el cigarrillo de los nervios.

El Osasuna es el rival que abre la nueva época rojiblanca de la que cabe esperar mejores resultados que en los meses pasados, que no han sido los mejores para los intereses rojiblancos. La victoria es imprescindible porque anoche ganó el Mallorca al Betis y el Racing de Juanjo y de sus dos compañeros de triunvirato empató en Valencia ante un Levante que se ha quedado seco. El Sporting no puede quedarse atrás y tiene que sumar. Hoy, más que nunca.