Oviedo, M. D. B.

Pocos esperan tan ilusionados como Marc López el España-Kazajistán. Una primera ronda de Copa Davis puede ser mucho para un tenista de 29 años, poco acostumbrado a que lo alumbren los focos. Marc López Tarrés (Barcelona, 31 de julio de 1982) es la prueba de que, a veces, los sueños se cumplen. Ayer, tras su primer contacto con la pista del Palacio de los Deportes, se imaginó su debut el sábado, quizá formando pareja con su amigo Marcel Granollers.

La vida de Marc López dio un giro hace un par de años, cuando dudaba entre seguir una gris carrera en el circuito individual o centrarse en el dobles. Una afortunada circunstancia, el emparejamiento con Rafa Nadal, le ayudó a decidirse: «Mi mejor ranking fue el 105 en 2004. Mi objetivo era meterme entre los cien primeros del mundo, pero por una pequeña lesión de rodilla bajé hasta el 290. Entonces jugué con Nadal en Indian Wells, ganamos el torneo y me puse el 40 del mundo en dobles».

Desde entonces, Marc López ha jugado habitualmente con Marcel Granollers, lo que unido a la ruptura de la pareja Feliciano-Verdasco, habitual de los últimos años, le ha abierto las puertas del equipo de Copa Davis. Ya el año pasado estuvo en tres de las eliminatorias que llevaron a España a ganar su quinta ensaladera, como «sparring», pero en Oviedo es diferente: «Fue una experiencia muy bonita, que recuerdo con cariño. Formar parte de este gran equipo es un sueño».

El de Marc López puede ser un caso parecido al de Joan Balcells, un especialista en dobles que ayudó a ganar la primera Copa Davis, en 2000, formando pareja con el actual capitán, Àlex Corretja. «Mi objetivo es jugar como sé, como juego cada semana en el circuito. Prometo entrega, dar el máximo y después ya dependerá del capitán. Ya tengo ganas de que empiece la eliminatoria y ver cómo van los partidos».

El tenista barcelonés reconoce que los doblistas son una especie de «patitos feos» del circuito profesional, pero él se siente a gusto y es consciente de que le ha abierto las puertas del equipo de Copa Davis: «Me encanta, lo paso bien jugando el dobles. La gente lo sigue menos que los individuales, pero también tiene su público. Todos sabemos que España tiene muy buenos jugadores y hay pocas opciones de estar en el equipo».

Corretja todavía no le ha adelantado nada, pero por la convocatoria todo apunta a una pareja que ha jugado tres finales del circuito ATP. «Lo único seguro», apunta López, «es que Marcel jugará. Sería un honor estar con él, porque aparte de compañero es muy amigo mío. Llevarnos tan bien nos ayuda en la pista. Nos compenetramos».

Llegado el caso, Marc López no sabe cómo reaccionará: «La Copa Davis es diferente de cualquier otro torneo que haya jugado. Espero que la presión de jugar mi primer partido con España no me afecte. La pista es muy bonita y espero que las gradas se llenen y que la gente anime mucho. No creo que me afecte el ambiente, porque he jugado ya he jugado en pistas centrales con Nadal».

Marc López vuelve a Oviedo muchos años después de participar en la Copa Masaveu y, asegura, la responsabilidad no le permitirá comprobar los cambios de la ciudad: «Tendremos que estar muy concentrados en nuestro trabajo, pero ya habrá otras oportunidades de visitar Oviedo. Lo que sí puedo decir es que nos encontramos muy a gusto, porque el hotel en el que estamos, el Ayre, en el Calatrava, es espectacular».