Oviedo, J. M. M.

Final de la octava edición de la Copa de Europa de fútbol sala. Zagreb. España, con cinco títulos continentales y dos mundiales a sus espaldas, con los tres últimos europeos ganados consecutivamente y con la vitola de no perder un partido oficial desde la semifinal del Europeo de 2003, en Italia y ante una Italia con diez brasileños nacionalizados en el banquillo y que acabaría ganando el título, está a punto de ver cómo su estrella se apaga. Medio minuto para la conclusión de la final y Rusia, con tres brasileños en su quinteto titular, acaricia la corona. Manda por 1-0...

En aquel medio minuto al equipo español le sonrió la suerte del campeón, la fortuna que la faltó en el Mundial de 2008 en los penaltis, su último disgusto. Medio minuto en el que, arriesgando con portero-delantero, un remate de Sergio Lozano lo desviaba ligeramente un defensa y pillaba a contrapié al portero ruso, el brasileño Gustavo. Empate. Ya en la prórroga, otro remate de Sergio Lozano volvía a «raspar» en la bota de un defensor para significar el 2-1, y en el último segundo el portero español, el gran Luis Amado, el mejor guardameta del mundo y el deportista español con mejor palmarés (41 títulos oficiales entre la selección y sus distintos clubes), sacaba con la puntera un balón que Borja prolongaba hacia la desguarnecida portería rusa para lograr el 3-1 final.

España sumaba una nueva estrella a su palmarés, su sexto Europeo. Un título más, otra muesca al currículum, y esta vez en medio de la polémica desatada en Francia sobre la credibilidad de nuestros deportistas. Una Francia, por cierto, que no logró clasificarse entre las doce selecciones que disputaron la fase de la Eurocopa de Croacia.

En un deporte joven como el fútbol sala (el primer Mundial se disputó en 1989 y para verse el primer Europeo hubo que esperar a 1996) España puede presumir de ser el número uno de la historia. En los últimos quince años ha estado presente en once de las doce finales habidas entre mundiales y europeos -sólo faltó en la ya referida de 2003-, con un balance de dos títulos y dos subcampeonatos mundiales, y seis títulos y un subcampeonato continental.

Desde aquella derrota de 2003 en Caserta ante Italia, la selección española, primero bajo la dirección de Javier Lozano y ahora con José Venancio López al frente, acumula un extraordinario balance de 85 partidos sin perder, si bien es cierto que por el camino se quedó un mundial al caer ante Brasil (2008) en los penaltis.

Próxima cita, el Mundial de Tailandia en noviembre.