Oviedo

El Tour de Francia se reanuda hoy con la disputa de la décima etapa, de 174 kilómetros y un perfil totalmente llano que invita al control de la misma por parte de los equipos con sprinters.

Dani Navarro, el único asturiano en carrera tras el abandono de Benjamín Noval, tiene el cuerpo magullado por las caídas y la jornada de descanso de ayer le vino bien para mejorar de sus dolencias. «Me caí el primer día y me volví a caer el jueves. Estoy muy tocado», admite el corredor, líder del Cofidis, quien en la última jornada pirenaica, el domingo, ya conseguía estar en el grupo de cabeza.

«Al principio estaba bloqueado, pero me recuperé después del primer puerto y luego estuve en el grupo principal. Se fue muy rápido, porque el líder Froome estaba sin compañeros y Movistar quiso probarle. Conseguí entrar noveno en la etapa y aunque no estoy aún al ciento por ciento, confío en recuperarme para la semana decisiva final, cuando se decida la carrera».

Dani ya piensa en los Alpes: «Ahora hay que recuperar y esperar que llegue el Mont Ventoux.Y luego la última semana, que va a ser increíblemente dura».