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Una Semana De Pasada

Por un fútbol sin malas influencias paternales

La semana fue especialmente tóxica por culpa de esa plaga que se ha extendido por los partidos de fútbol de las categorías inferiores. El martes se supo que la escuela Futbolcity de Massanassa (Valencia) había dado de baja a un jugador alevín de once años porque su padre amenazaba con pegar al entrenador. Por lo visto, el progenitor consideraba que su hijo jugaba poco para lo bueno que era. La explicación de los responsables de la escuela es tan dura como evidente: como no se puede tomar ninguna medida con el padre, no quedaba otra que dejar al crío sin fútbol. Y lo peor es que la madre del aprendiz de futbolista amenazó con medidas judiciales por lo que ella consideraba un caso de maltrato hacia su hijo. Apenas 48 horas después, LA NUEVA ESPAÑA informaba de otro caso de desquiciamiento paterno-futbolístico en Gijón. Dos grupos de padres acabaron a palos en un partido de niños de 6 y 7 años. Y, de nuevo, algunas madres también estuvieron en el origen del conflicto. A este paso, en las instalaciones del fútbol base habrá que colgar un cartelito advirtiendo del derecho de admisión en aras de un deporte sin malas influencias paternales.

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