El Lealtad recuperó ayer la sonrisa después de cinco derrotas consecutivas que le acercaban a los puestos peligrosos de la clasificación. El equipo maliayés se impuso a un correoso Burgos con dos goles de Robert y Grande y una actuación decisiva de Javi Porrón, que conservó al final la victoria con una gran parada en la última jugada. Los de Villaviciosa toman de nuevo oxígeno, regresan a la senda de la victoria y vuelven a transitar por la zona media de la clasificación.

El partido fue entretenido en Les Caleyes, que registró una de las mejores entradas de la temporada gracias, en parte, al gran número de seguidores burgaleses presentes. El Burgos tuvo más ocasiones que el Lealtad, pero los asturianos fueron más efectivos. El acierto local decidió un duelo con alternativas para los dos.

La primera parte comenzó con dominio del Burgos. La primera gran ocasión fue de Fiti, que falló el remate con la portería vacía tras un rechace a un disparo de Carlos Ramos. Los burgaleses, que llegaban a la cita dos puntos por debajo que los asturianos, lo intentaron con un remate de Ramiro antes de que el Lealtad, que en la primera parte estuvo a merced del rival, acertase a la primera. David Grande asistió entre línea a Robert, que definió al primer toque ante Toni. El Lealtad anotaba la única ocasión que tuvo. Máxima eficacia: 1-0. El Burgos no acusó el golpe y siguió atacando. Al filo del descanso, una falta botada por Carlos Ramos y un disparo de Fiti inquietaron la meta de Porrón.

La reanudación dejó un choque distinto. El Lealtad dio un paso al frente, con más ímpetu, más agresividad y más control del partido. Un disparo de Mendi y otro de David Grande advirtieron pronto del cambio de los locales, mejor posicionalmente y ordenados atrás. No obstante, Chevi tuvo el empate en un disparo a bocajarro que pegó en Álex Blanco y se fue desviado.

El Lealtad no se descompuso y siguió a lo suyo: máxima efectividad. En el minuto 60 llegó el 2-0. Rubén Sánchez dejó sólo a David Grande ante el portero con una sutil asistencia. El delantero definió perfectamente para subir el segundo al marcador.

Lejos de afectarle, este tanto espoleó al Burgos, que asedió hasta el final y empezó a crear peligro con centros laterales. Fito y Álvaro Montero remataron fuera por poco antes del penalti que dio lugar al 2-1. Álex Blanco tocó la pelota con la mano y el penalti nadie lo protestó. Fito lo transformó. Era el minuto 88 y quedaba tiempo. El Burgos creyó y la tuvo al final, en la última jugada. Fue una falta muy bien ejecutada por Jorge Fernández que Porrón desvió con una magnífica parada. El meta llegó a tiempo para retener la victoria y devolver la sonrisa al equipo de Villaviciosa.