La coach hispano-brasileña Ges Rodrígues lleva trabajando con el Avilés desde principios de febrero. De lunes a viernes se reúne con algún jugador de forma individual y los días de partido comparte el vestuario antes de que empiece coincidiendo con las charlas de Xiel, y al descanso.

- ¿Se siente cómoda en el vestuario?

-Sí porque me recibieron muy bien. Poder estar ahí y ver cómo trabaja el entrenador y cómo se comunica con los jugadores es muy importante porque yo soy un apoyo para todos y es necesario que confíen en mí para poder trabajar en las debilidades individuales y colectivas.

- ¿Y qué le pasa al Avilés?

-Yo creo que nos falta conseguir el punto de formar equipo porque todos los jugadores tienen calidad y son buenos, pero las cosas no acabar de fluir como grupo. Eso nos pasa.

- ¿Percibe voluntad para remar en el mismo sentido?

-Sí, sí. Había alguno que estaba un poco más bajo, pero ahora están al cien por cien y todos tienen claro que el éxito pasa por estar muy unidos.

- ¿Nota ya los frutos de su trabajo

-Sí, sin duda. Desde que empezamos a hacer un trabajo más intenso se nota muchísimo porque ya no bajan los brazos ante el más mínimo revés como hacían antes, que se venían abajo, quedaban apáticos y como sin saber qué hacer con el balón. Ya se pudo ver algo sobre todo frente al Condal y con el San Martín.

- ¿Hay jugadores que necesiten más apoyo?

-Sí, alguno pide un pelín más de atención. Los hay que no saben trabajar con la presión y sufren más que los que manejan la situación con soltura.

- ¿Pasa factura que un histórico como el Avilés esté en descenso a Preferente?

-Podría ser peor porque en realidad ellos están siendo muy positivos, optimistas y animados. Lo que buscamos es pensar siempre en el siguiente partido, tratar de corregir los errores del anterior, y sumar todo lo bueno que hacemos. Lógicamente los malos resultados dan inseguridad, pero hoy por hoy estamos convencidos de que estos futbolistas van a dejar al Avilés en Tercera. Al menos vamos a seguir trabajando y luchando hasta el final tanto en lo físico como en lo emocional.

- En realidad, el Avilés no es inferior, no hay mal equipo.

-Ni mucho menos. Tenemos buen equipo. Hay gente que dice que hay mala suerte, pero yo no creo en eso. Insisto en que en mí opinión nos falta llegar a ese punto común en el que las cosas fluyan sin tanto sacrificio para que los jugadores disfruten porque están tan preocupados por los resultados que no disfrutan del partido ni juegan como pueden hacerlo.

- También es difícil hacer equipo cuando pasaron 49 jugadores por el vestuario.

-Claro, claro. Lo ideal sería haber empezado todos juntos en agosto, pero como no pudo ser hay que trabajar con lo que tenemos para intentar salvar al equipo, y para la próxima temporada ya se verá. Tampoco se puede estar todo el tiempo recordando los problemas, lo importante es que ahora tenemos un equipo y hay que intentar lograr los resultados.

- ¿Cuál es la principal preocupación de los jugadores?

-No ganar es lo que más les preocupa, incluso por encima de no cobrar porque el fútbol es pasión y los jugadores cuando entran en el campo no piensan en que están desanimados por no cobrar. Está claro que viven una situación rara porque todos trabajamos para cobrar, pero en ese sentido anímicamente están bien.

- Una buena inyección de moral sería que la afición acudiera al Suárez Puerta, ¿no?

-Claro que sí. La afición es muy importante porque cambia mucho la energía del campo. El Suárez Puerta es muy grande y con un centenar de personas no sirve para arropar al equipo. Sería estupendo que la gente volviera a ir al campo y ojalá el domingo nos ayuden a ganar al Llanes para ir saliendo de esta desesperante situación de descenso.