Suelen decir los entrenadores que más preocupante es no generar ocasiones que fallarlas. Medio siglo de historia futbolística avala esta ley no escrita, y que de ser efectiva, metería al Avilés en un severo problema. En lo que va de temporada, el conjunto entrenado por Juanma Castañón apenas ha generado peligro en el plano ofensivo y solo ha tenido tres ocasiones más o menos claras de hacer gol.

"Nos falta el último pase", se excusaba tras el partido contra L'Entregu el técnico de Pola de Lena, en la que fue la segunda derrota consecutiva de la temporada. Eso sí, el Avilés tiene "excusa". El entrenador blanquiazul sólo ha podido disponer de delanteros desde hace dos jornadas debido a la calamitosa situación económica que se vivió durante el verano. La dirección deportiva tuvo que hacer encaje de bolillos para poner sobre el tapete ya no futbolistas sino a jugadores de fútbol.

Con la salida del delantero Jorge Rodríguez rumbo al Stadium, a finales de agosto, solo la llegada de Kevin y de Wilfried alivió la falta de opciones en la punta de lanza. Hasta entonces, Pedro y Wilfried, jugadores más de banda, tuvieron que asumir los galones de llevar el nueve.

A pesar de todo, los números le salen al Real Avilés. La escuadra, con cuatro puntos, está fuera de los puestos de descenso, único objetivo real que se marca el club esta temporada.

Aunque solo lleve un gol, y de penalti, el sacrificio defensivo de hombres como Carlos, Santa o Naranjo, la visión de juego de Marcos, el buen tino en la meta de Piquero y algún que otro chispazo de calidad de Pereira, convierten al Avilés en un rival incómodo.