La exclusión del kárate de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha dolido mucho a los practicantes de un arte marcial que tiene 100 millones de deportistas federados en todo el mundo. El kárate debutará en los Juegos de Tokio del año que viene, pero ya sabe que no tendrá continuidad en una decisión que califican como "incomprensible" e "injusta".
El ovetense Ángel Arenas, seleccionador nacional de kumite, califica esta decisión del comité organizador de los Juegos Olímpicos de París de "injusticia total". "No tiene sentido, se ha tomado sin valorar nada, es ridículo, una locura", añade. Arenas explica que una de las cosas que más duelen es la falta de motivos: "Si vas a un campeonato del mundo, a un europeo, y ves el nivel de participantes que hay no te lo explicas". Una de las consecuencias es la pérdida de ayudas: "Los deportistas que están a nivel de élite van a perder becas, apoyo y patrocinadores", se lamenta.
El somedano Lino Gómez Feito, exseleccionador nacional, piensa de una forma similar: "Es una cacicada muy gorda, no obedece a ninguna razón deportiva. No tengo nada en contra de ningún otro deporte, pero si hay uno que cumple con los valores del olimpismo es el kárate". En su opinión, "no es cuestión de quitar un deporte para poner otro".
El que tiene muy claras las razones es Óscar Vázquez, que fue campeón del mundo de kárate por equipos en 2002 y 2006: "La única razón es el dinero, los intereses económicos". Y es que para el de Grado el kárate representa "el espíritu olímpico" y sabe bien lo que esto va a suponer: "Cuando competía había una Liga mundial a la que no podía ir por dinero. Ahora, al ser deporte olímpico, los que van están becados y cuando deje de serlo dejarán estarlo".
La apuesta del comité organizador de los Juegos de París, en la que deja fuera al kárate, ha sorprendido por la propuesta de incluir al break dance, la escalada, el skate y el surf. Un buen conocedor del primero de estos nuevos deportes, Miguel Pérez, explica, en primer lugar, que el nombre correcto de llamarlo es bboying o breaking: "Se inicio en los años '80 del siglo pasado en barrios desfavorecidos de Nueva York, donde había bandas que se enfrentaban en batallas, como una forma de canalizar esa violencia sufrida en los barrios. No deja de ser una danza", añade. Una danza que han adaptado al deporte: "Se ha elaborado un sistema de puntuación lo más justo posible". Miguel Pérez concreta que el breaking es "una forma de encajar los movimientos con la música, una forma específica de moverse al ritmo de la música". En su opinión, la inclusión de esta disciplina en los Juegos es muy positiva: "Es una forma de seguir avanzando y una forma de que la sociedad lo valore igual que el fútbol u otros deportes".
