El corazón de Andrés Avelino Zapico Junquera (La Felguera, 1946) se apagó en la madrugada de ayer. El que fuera mítico portero del Langreo y del Real Madrid falleció a los 73 años de edad. En su legado deja una extensa carrera en Primera División, donde llegó a conquistar cinco Ligas con el equipo blanco y un trofeo "Zamora" como portero menos batido de la máxima categoría.

Junquera, como era conocido deportivamente, regentaba un bar en Sama, sede de la peña madridista que llevaba su nombre. El gran cancerbero formó parte del Cruz Blanca, equipo del que dio el salto al Langreo, con quien compitió en Segunda División entre 1964 y 1966. Al término de esa temporada, le llegó la oportunidad de defender la elástica del Real Madrid. Lo hace durante nueve temporadas, antes de jugar tres años en el Zaragoza, club con el que cuelga las botas. Actualmente, Junquera formaba parte de la directiva del Langreo, donde realizaba labores de representación.

Uno de sus más íntimos amigos era Pepe Lavandera. El que fuera centrocampista de Langreo, Real Madrid o Sporting, entre otros conjuntos, compartió toda una vida con el histórico guardameta. "Salimos juntos del Cruz Blanca, dimos el salto al Langreo y posteriormente al Real Madrid", destaca. Para él, Junquera era "además de un buen futbolista, una persona con un corazón extraordinario". Su relación era muy estrecha. "Nos juntábamos los domingos para ir a ver al Langreo; siento que se me ha ido un hermano", apunta.

El presidente del Langreo, Víctor Fernández-Miranda también se mostraba triste por la pérdida de uno de los emblemas de su club. "Poca gente de Langreo puede decir que haya jugado una década en el Real Madrid", apunta. El máximo mandatario del equipo azulgrana rememora la última promoción de ascenso de su club, donde "estuvo apoyando al Langreo en Orihuela y regresó rápidamente para abrir su bar al día siguiente". Junquera formaba parte de la directiva del Langreo. "Nos representaba en los campos, la gente de sitios como Logroño o Santander lo reconocía, era un orgullo para nosotros".

En el Real Madrid coincidió con Mariano García Remón, con quien compitió en la portería. "Era una persona con una gran cercanía, cuando yo llegué, él también estaba en el club; me impresionó su cercanía y su humildad con los jóvenes", asegura. García Remón le recuerda como "un portero físicamente muy potente, de quien aprendí mucho".

También guardaba buena relación con Barri, exentrenador del Langreo. "Vivió mucho fútbol, no hay ningún jugador de la zona con un palmarés como el suyo; seguíamos viéndonos en los partidos del Langreo", recalca.