Si en vez de un vibrador, a las ganadoras del Campeonato de Asturias celebrado el sábado 11 de mayo el Squash Oviedo -organizador de la competición-, solo las hubieran obsequiado con un cachopo, un tratamiento de podología o unas copas de vino -como sortearon poco después entre todos los participantes- sus responsables se habrían ahorrado un escándalo sexista de dimensión mundial.
Habrían evitado, también, la dimisión en bloque de la junta gestora de la Federación Asturiana. Omar Álvarez Fornos y Pedro Lozano, presidente y vicepresidente, respectivamente, presentaron su renuncia al poco de explotar la polémica, hace dos días. El Squash de Oviedo no tendría que decidir si en su próxima asamblea, en junio, se disuelve. Nacho Manzano y Pablo Revuelta, presidente y vicepresidente del club ovetense, seguirían en sus cargos. Y la Federación Española de Squash no habría abierto un expediente sancionador para depurar responsabilidades por lo sucedido.
Pero el Squash Oviedo, a la vez que entregaba el trofeo de campeonas de Asturias a Elisabet Sadó, Olaya Fernández, Marina Arraiza y Cristina Barandica, se presentó con una bolsa de regalos, traídos por terceros, entre los que se contaba una lima, un kit de depilación y un consolador. Las afectadas denunciaron y un deporte minoritario, aunque muy arraigado en la región, con 80 -12 de ellas femeninas- de las 1.550 licencias que hay en España, está metido de lleno en una crisis sin precendetes.
Cumplidas 48 horas de la hecatombe, lo que todo el mundo se pregunta es cómo nadie se pudo dar cuenta de que premiar a una deportista con un vibrador podría resultar ofensivo. Ignacio Manzano, el expresidente del Squash Oviedo y el único de los implicados que ha dado la cara, lo explica así: "No lo miramos. Dimos los premios a las 7 de la tarde porque una de las chicas debía de marcharse antes. Cada cual aporta los regalos que puede. Dimos regalo solo a las chicas porque solo participaban cuatro".
La idea del Squash Oviedo era posteriormente sortear otros presentes entre los participantes, los 24 varones y las cuatro mujeres. Entre esos regalos se encontraba un cachopo, un tratamiento podológico, unas copas de vino y un tratamiento para mujeres embarazadas.
La repulsa en el mundo del deporte ha sido unánime. No hubo un solo medio nacional, ya sea de prensa escrita, radio o televisión, que no se hiciera eco de lo acontecido el sábado 11 de mayo en el pabellón de Las Vegas, en el concejo de Corvera. Hasta la "BBC", la cadena de radio pública del Reino Unido, trató el tema.
La Federación Española abrió ayer una investigación para esclarecer lo sucedido. El organismo nacional valorará en los próximos días, tras la apertura de un expediente, si procede sancionar a los responsables. "No hemos participado en esto. Es inaceptable", apuntó Elsa Romero, la abogada encargada de los servicios jurídicos de la Española. "Es muy triste ser noticia por algo así. Si lo hubiéramos sabido, el torneo no se habría jugado. Es algo propio de una despedida de soltera", apuntó Maribel Toyos, vocal de la Federación regional.
Mientras tanto, en el Squash Oviedo capean el temporal como pueden. "Estamos sometidos a un acoso mediático que no es normal. Nos hemos equivocado. Fue muy desafortunado y tuvimos que haberlo pensado mejor. Yo no sabía que se iba a entregar hasta que se lo dimos. Se me cambió la cara. Pedimos perdón inmediatamente", explica Manzano.
"No creo que las chicas pensaran que fuera a tener esta repercusión, quizás se podría haber resuelto internamente", prosiguió. "Es algo que no puede volver a ocurrir. Pedimos perdón. Creo en la igualdad entre hombres y mujeres", finalizó el expresidente del Squash Oviedo, uno de los cuatro clubes federados en Asturias, que se enfrenta a un incierto futuro tras haber sido el protagonista de una polémica sexista de dimensiones épicas.
