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Hazaña y objetivo cumplido

El Liberbank Oviedo Baloncesto gana en la prórroga al Palencia en un partidazo en el que llevó la iniciativa siempre y no se rindió nunca

El Liberbank Oviedo Baloncesto se impuso en la prórroga en Palencia en un auténtico partidazo que lo normal hubiera sido perder. Por las plantillas de uno y otro y por cómo se desarrolló el duelo. El final fue de infarto, como suele suceder esta temporada con el OCB. Tras llevar la iniciativa en el marcador durante casi todo el encuentro, el partido estaba uno arriba (72-73) para el equipo asturiano, con posesión, cuando quedaba alrededor de un minuto para llegar al final. El ataque acabó con el balón en la esquina para que Oluyitan, que ayer se destapó como un asesino silencioso, anotara tres puntos que parecía iban a dar la victoria al conjunto visitante (72-76).

Aún así, quedaban 47 segundos y el Palencia estaba lejos de rendirse. El balón le llegó al pívot Borovnjak, que anotó cuando aún restaban 37 segundos (74-76). El OCB necesitaba anotar, pero un Speight al que le empezaban a fallar las piernas erró su lanzamiento. El cuadro asturiano decidió hacer falta y reservarse los últimos diez segundos para intentar anotar y ganar el duelo. Richotti anotó los dos tiros libres y empató el choque (76-76). Tiempo muerto de Lezkano. El entrenador vasco dio sus instrucciones y Speight, el mejor del partido, hizo otra cosa diferente, en concreto, lanzar un triple en lugar de penetrar y tratar de sacar una falta. El partido se fue a la prórroga y ahí, en un encuentro ajustado como el de ayer, en el que el OCB había desperdiciado varias opciones de ganar, con una plantilla joven e inexperta, era donde se esperaba que los Massarelli, Richotti, Borovnjak o Dani Rodríguez, que suman kilos y kilos de experiencia, talento y capacidad de decidir en los minutos finales, dejaran la victoria en Palencia. Pero Speight no estaba dispuesto a concluir un partido como el que estaba haciendo (lo terminó con 20 puntos, 3 asistencias y 4 robos de balón) con derrota. El pequeño base estadounidense se echó el equipo a la espalda para dirigir una nave a la que ya le faltaba oxígeno. Lo bueno es que en el otro lado también estaban pagando el esfuerzo. Tras un intercambio de canastas entre Norelia y Borovnjak, el partido entró en una fase de errores en las dos canastas, entre ellos un triple totalmente solo que erró Martí a 2:32 del final. El único capaz de desatascar la situación fue, cómo no, el valiente Speight, que sacó una falta personal y fue capaz de anotar los dos tiros libres (78-80), habitual caballo de tortura para el OCB.

Palencia seguía sin ser capaz de anotar, derrotado por la exuberancia física de un Oviedo incansable. Falló Brown un triple que era jaque mate y la tuvo Palencia para empatar o ganar con 17 segundos. Richotti, que ha sido estrella en la ACB, no pudo con su defensor y en la contra el joven Bartolomé sacó una falta que valió un partido. Solo anotó uno de los dos tiros libres, pero no hubo tiempo para más. El OCB ganó, dejó la salvación casi resuelta y ahora puede dedicarse a disfrutar y, sobre todo, a soñar. Los miembros de la plantilla del club ovetense tienen ambición y carácter para llegar hasta el cielo.

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