El vigor físico que está demostrando la Roja no cae del cielo. Tiene un secreto y se fabrica en Asturias. Mide 100 centímetros de ancho, 25 de alto, y a simple vista parece un deshumidificador del aire. Para su fabricación y puesta en marcha han sido necesarios ocho años y arduas investigaciones, pero ha llegado justo a tiempo para la Eurocopa. Su nombre técnico es “CRU” (Cellular Regeneration Unit) y a grandes rasgos sirve para mejorar el descanso y para que las células puedan producir más energía y así responder mejor al ejercicio físico.
La selección española de fútbol adquirió antes de la Eurocopa 32 equipos CRU para la concentración de los jugadores en Las Rozas (Madrid): 24 para las habitaciones de los futbolistas, cuatro para el cuerpo técnico, dos en los salones de charlas y otro par en la sala de juegos. Están encendidas 24 horas al día y se construyen en una fábrica de Gijón a cargo de la compañía Biow. Algún jugador bromea durante la concentración y dice que se lo llevará para casa cuando acabe la Eurocopa. El Villarreal también trabaja con estos equipos. La Universidad de Oviedo participa en el proyecto porque la empresa, a través del ISPA (Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias), contrató al grupo de investigación cROS, que dirige la catedrática de Biología Celular Ana Coto. “Lo estuvimos probando en fases de 25, 50 y 100 días, con adultos de diferentes edades que estuviesen sanos. El estudio fue muy sencillo: les cogimos muestras de sangre y los resultados con las máquinas fueron buenos. El descanso mejoraba y además se producía más ATP”, explica Coto,
El ATP es el “Adenosín Trifosfato”. Se trata de “un compuesto que se encuentra en todas las células vivas del organismo humano y que se caracteriza por acumular la energía necesaria para realizar las actividades propias de la célula”.
En la compañía se muestran satisfechos por la confianza de la selección, ejemplificada en Elena Herrero, jefa de los servicios médicos. “Para nosotros estar con la Roja es la leche”, explica Adalberto Pacheco, encargado de marketing de Biow, que también trabaja con el equipo de ciclismo Movistar.
El aparato de moda inventado en Asturias cuesta 3.940 euros. Una ganga si se gana la Eurocopa.
