La iglesia parroquial de Santa María de Pola de Laviana se llenó para dar el último homenaje a Luisa Álvarez Iglesias, una de las pioneras del balonmano femenino en España, fallecida el lunes a los 98 años. “Era mi ídolo, la admiraba mucho como deportista y como persona”, explica Juan de Dios Ruesga, exjugador de balonmano y persona clave en la investigación que situó en Asturias, y concretamente en Pola de Laviana, el origen oficial de la modalidad femenina en España, a finales de los años 30 del siglo pasado.

Honor y gloria para Luisa

El fallecimiento de Luisa Álvarez pilló por sorpresa a Juan de Dios Ruesga, que mantenía un contacto frecuente con ella desde que se embarcó en su trabajo de investigación. “En 1976, cuando estaba estudiando INEF en Madrid, Juan de Dios Román y Domingo Bárcenas me avisaron de que profesoras de la Universidad habían descubierto que las primeras licencias oficiales femeninas eran de Pola de Laviana. Cuando volví a Asturias me pasé mucho tiempo yendo a Laviana para recopilar información”.

Eso le dio la oportunidad de conocer en profundidad a Luisa Álvarez, persona clave para hacer posible aquel pequeño milagro de elevar a un equipo de pueblo a la cima de España. “Podemos considerar a Luisa como una leyenda del balonmano español, un orgullo para Laviana y Asturias”, destaca Ruesga, que añade: “En sus partidos en el campo de Fontoria se juntaban casi dos mil espectadores, algo que no ocurre ni ahora en el balonmano femenino”.

Junto a Purina Zapico, fallecida en 2013, Juan de Dios Ruesga califica a Luisa Álvarez como “el alma” de aquel equipo. “Lo había ganado todo en el balonmano once, pero no quería retirarse sin ser campeona de España en el siete. Lo consiguió en Alicante, en el año 1961, con casi 38 años. Después lo dejó, se alejó totalmente y no hubo más balonmano en Pola de Laviana”.

En su semblanza, Ruesga destaca que Luisa Álvarez, “de la misma forma que se reunía con las autoridades deportivas para orientarlas en la organización y desarrollo de las competiciones, junto con sus compañeras, se encargaba también de cubrir el presupuesto del conjunto a través de donaciones privadas y de la aportación voluntaria de los aficionados que presenciaban sus encuentros”.

La devoción deportiva por Luisa Álvarez de Juan de Dios Ruesga, padre de Carlos Ruesga, jugador internacional que actualmente milita en el Sporting de Lisboa, se extiende a sus valores humanos: “Quería muchísimo a Luisa. Cuando la llamé el día de su cumpleaños, el 9 de diciembre, estaba muy bien de salud. Siempre bromeaba con ella con que tenía que llegar al centenario”.

A Manuel de la Cámara, presidente de la Federación Asturiana de Balonmano, le hubiera gustado estar presente en la despedida de Luisa Álvarez, pero una reciente enfermedad se lo impidió: “Era una maravilla de señora y es una pérdida muy grande. Me alegro de haberle concedido en su momento la insignia de oro de la Federación. Y del reconocimiento a nivel nacional porque, pese a las dudas de algunos, está claro que en Laviana estuvo el origen del balonmano femenino en España”.

Diego Lafuente, entrenador del Unión Financiera y con larga experiencia en el balonmano femenino, supo de primera mano de la relevancia de Luisa Álvarez: “Mi madre es de Laviana y la conocía. Vio jugar muchas veces a aquel equipo y me dijo que las jugadoras eran muy admiradas en el pueblo”. Lafuente considera que aquellas pioneras son un ejemplo y un estímulo para las mujeres que ahora practican balonmano, en unas condiciones mucho mejores. “Afortunadamente, en los últimos años hemos avanzado mucho”, resalta.