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Crónica, imagenes, opinión y la reacción de Natxo Lezkano tras la victoria (85-63) del Unicaja Oviedo Baloncesto

El OCB cierra una racha de seis derrotas y se da un baño de moral con un claro triunfo ante el Almansa

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Victoria del Unicaja Banco Oviedo en Pumarín ante el Almansa (85-63) Miki López

Unicaja Banco Oviedo, 85-Almansa con Afanion , 63

Cuartos: 28-10; 16-16; 23-17; 18-20

Árbitros: Jorge Muñoz, Cristian Martín y Alejandro Benavente. Excluyeron por 5 faltas a Jorgensen a 1.59 del final.

Polideportivo de Pumarín: 900 espectadores. Partido por la igualdad.

La crónica: El mejor OCB está de vuelta

El Unicaja Banco Oviedo hizo este domingo lo que tenía que hacer y un poco más. El equipo de Natxo Lezkano sumó en Pumarín un triunfo que necesitaba con urgencia y lo hizo, además, de una forma solvente, sin que le pudiera la presión de acumular seis derrotas consecutivas y sin dar nunca opciones al peligroso Almansa. Este OCB volvió a disfrutar y esa alegría llegó a la grada, que se contagió con un equipo en el que Sean McDonnell volvió a ser ese luchador capaz de coger tres veces su propio rebote hasta meter canasta; en el que Kamba por fin zanjó su pelea con la línea de triple y se liberó anotando dos seguidos que le dieron una confianza enorme para hacer todas las cosas que es capaz de hacer; en el que Alonso Meana demostró que es un buen jugador para la LEB Oro, un luchador que no da un balón por perdido, que aporta en ataque y que amarga la existencia al par que tiene en defensa; en el que Alexis Bartolomé se volvió a sacrificar por la noble y complicada causa defensiva minimizando a Eddy Polanco, el tercer máximo anotador de la Liga y que al descanso, en parte por su trabajo, solo llevaba cinco puntos; en el que Kabasele fue otra vez ese torbellino físico que tanto gusta a la grada de Pumarín, y en el que Oliver Arteaga ejerció el papel de gran capitán, sin firmar su mejor actuación, pero manteniendo prietas las filas.

La otra parte la pusieron los nuevos, que dan un aire totalmente diferente a este equipo, que le hacen jugar de otra manera y que aportan un talento que el OCB necesitaba. Uno de ellos, Paul Jorgensen, es un anotador compulsivo, un escolta que hará en Oviedo las funciones de base por momentos pero que, sobre todo, genera muchos espacios porque no se le puede dejar un metro de distancia. Espectacular fue también la conexión que tuvo Olle Lundqvist con la grada de Pumarín en su debut en la pista ovetense. El sueco es uno de esos jugadores con formas y maneras que le hacen candidato a ser una estrella de este deporte, pero que aún necesita que todo encaje para que un tipo de dos metros, que sube el balón, que postea, que tira de fuera y que lo hace casi todo con mucha elegancia, termine de explotar. Hansel Atencia, este sí un base puro, fue menos protagonista, pero su concurso es fundamental para que la mejoría que tuvo este domingo el OCB tenga continuidad en el tiempo.

Un partido como el que afrontaba el OCB se gana como lo hizo el equipo de Oviedo, con una puesta en escena contundente, saliendo concentrados en defensa y resueltos a tomar distancias desde el primer momento. Jorgensen aportó los dos triples con los que el OCB se puso 6-2 en los primeros instantes, a continuación apareció Olle Lundqvist para hacer el tercero y el cuarto, y en el tramo final del parcial Kamba anotó otros dos seguidos. Un total de seis triples que, junto al trabajo de Kabasele y una excelente defensa, sirvieron para construir una ventaja de 18 puntos (28-10) en los diez primeros minutos del duelo.

A partir de ahí, el partido fue un tira y afloja entre un OCB que quería zanjar cuanto antes la contienda y un Almansa que quería agarrarse a ella, generar dudas en un rival al que pensar en una derrota le daba mucho vértigo. Un descuido con Eddy Polanco en el tercer cuarto acortó las distancias a 13 puntos (54-41), pero reaccionaron los de Lezkano con un Alonso Meana omnipresente para irse 16 arriba al último parcial (67-43). En el último cuarto, el Almansa, que llegaba con algunas bajas y jugadores tocados por un proceso febril, ya nada pudo hacer por dar la vuelta al partido ante un Oviedo que tuvo su particular Domingo de Resurrección.

La opinión de Alberto Menéndez

El Oviedo se reencuentra

Después de seis partidos desaparecido, tras la marcha de Harald Frey al baloncesto alemán, el Oviedo se reencontró ayer en Pumarín, es decir, recobró cualidades, facultades, hábitos, y volvió a la senda de la victoria. Falta el base noruego, que ejercía de líder en el conjunto carbayón, pero en su lugar Natxo Lezkano se ha encontrado (al menos por lo visto ayer) con tres jugadores que pueden aportar mucho al equipo y hacer olvidar el, quizás, excesivo protagonismo que había adquirido Frey en la primera fase de la competición. El Unicaja Banco Oviedo visto ayer ante el Almansa es muy diferente al de hace solo dos o tres semanas. Fundamentalmente porque su entrenador ha dispuesto de más variantes que hasta el momento para afrontar los encuentros. Cuenta con jugadores más polivalentes que sus anteriores bases de referencia, tanto Frey como Alberto Martín (ahora también fuera de la entidad azul, en el Ourense). Las tres nuevas adquisiciones, Jorgensen, Lundqvist y Atencia, demostraron ante los castellano-manchegos que están capacitados sobradamente para dirigir al equipo, aunque solo el tercero de ellos, el colombiano, sea un auténtico base, de físico y características muy similares a Alonso Meana. Lezkano puso en cancha un cinco titular pensado para exprimir las virtudes baloncestísticas de dos de los nuevos jugadores azules. Sin base específico, ejerciendo de tales tanto Jorgensen como Lundqvist, el técnico de los de casa acertó en su planteamiento. Descolocó claramente al entrenador del Almansa, que para nada esperaba un adversario volcado en el tiro exterior (una de las grandes carencias del Oviedo en los últimos partidos). Y así las tres primeras canastas azules fueron desde la línea de 6,75. Pero es que este acierto ante el aro contrario activó al equipo en toda la cancha. Con los dos nuevos y la entrada en el quinteto de inicio de Alexis Bartolomé la defensa se hizo agobiante y logró desbaratar uno tras otros los ataques del Almansa con Afanion. El primer cuarto, con seis triples convertidos y un 28 a 10 en el marcador, cimentó la victoria de los asturianos. Aunque en algún momento los albaceteños lograron ponerse a 14 puntos en los últimos cuartos lo cierto es que fueron solo espejismos, ya que los ovetenses ampliaban de nuevo la ventaja con facilidad, llegando a adelantarse hasta por 26 puntos de diferencia. Habrá que ver cómo evoluciona este nuevo Oviedo Baloncesto en los próximos encuentros. Si todo discurre de acuerdo a lo contemplado ayer ante el Almansa, lo normal es que los de Lezkano vuelvan a aspirar a entrar en los puestos de play-off, un objetivo que no se había marcado el club al inicio de la Liga pero que sí se comenzó a barajar tras el espléndido comienzo de temporada. En principio, y si nada se tuerce, la plantilla actual da la sensación de estar más compensada que la que inició el campeonato. La llegada de los nuevos también ha sido una especie de liberación para algunos de sus compañeros, como Kamba y McDonnell, agobiados últimamente por el papel protagonista que se les exigía y que ayer, sin tanta presión al contar con más tiradores fiables a su lado, volvieron a brillar.

Las declaraciones de Natxo Lezkano, entrenador del Oviedo Baloncesto

“Mentalmente era una final, queríamos hacer punto y aparte”

Natxo Lezkano reconoció durante la rueda de prensa que ganar al Almansa era fundamental: “Para nosotros era prácticamente una final a nivel mental, queríamos hacer un punto y aparte”. Un punto y aparte después de seis derrotas y de un montón de cambios en el equipo, que por fin han podido rendir al nivel esperado y ya más integrados con el resto de compañeros de la plantilla. La mañana de domingo fue casi perfecta para el OCB: “Por fin hemos logrado una victoria que estábamos buscando, que nos merecíamos y que encima ha sido en casa, con nuestra gente; a ellos les va a venir bien, a los jugadores les va a venir bien y a todo el mundo para estar más tranquilos y ver el futuro con más optimismo”, decía Lezkano. El técnico vasco del OCB reconoció que “hacía mucho tiempo que no disfrutábamos”. “Por fin hemos estado acertados”, añadía. Ahora, con el difícil duelo del viernes, a las 21.30, en Cáceres en mente, les toca seguir el trabajo: “Nos falta conocernos y tener automatismos claros, pero por lo menos hay gente de refresco, gente que nos permite tener un punto de más de calidad y de consistencia tanto en ataque como en defensa”.

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