Entre líneas

Que pase el Amorebieta...

Sobre el pasado, presente y futuro del Oviedo esta temporada

Julio Llanos

Julio Llanos

Arranca la segunda vuelta del campeonato en la división de plata de nuestro fútbol. Las expectativas en clave azul vuelven a ser buenas, muy similares, no obstante, a las que había antes del inicio liguero, aunque ya casi ni las recordamos.

En aquel momento, el equipo partía en igualdad de puntuación en la parrilla de salida, con todo por delante y con esa ilusión propia de los comienzos, con la sensación popular de que se había firmado bien. Algo más basado en la esperanza que en la certeza y con varios jugadores desconocidos para el aficionado medio carbayón. El paso de las jornadas ha ido poniendo rendimientos colectivos e individuales en su sitio. Tan malo fue el bagaje del equipo en el primer tramo de la competición como positivo en el posterior. Del rendimiento individual, como casi siempre, se firma en buen número luces y sombras.

Gran nivel de Leo Román y Colombatto, protagonistas habituales por su buen hacer, por su regularidad y continuidad competitiva. Buena nota le pondría a Moyano y Seoane. El primero, ayudado en su balance por la no demasiado alta expectativa generada tras su fichaje y el segundo, perjudicado justo por lo contrario. Pero dos futbolistas habituales de inicio, polivalentes y necesarios. Paulino dejó sensaciones de ser tan buen futbolista como intermitente en su rendimiento, ya sea por lesiones o por otros motivos. Fue protagonista de los momentos más brillantes en el partido de Elda y de algún que otro partido donde estuvo claramente desaparecido. Las grandes desilusiones en la primera mitad del curso fueron sin duda el ya exfutbolista azul Ibarra, desubicado y con rendimiento nulo en toda su estancia en el club, y un Alemão que pese a tener en principio, por delante únicamente a Bastón, nunca acabó por tener protagonismo y que ve complicarse sus opciones con la llegada de Dubasin y la recuperación a medio plazo de Millán que, junto a Mario Hernández, quedan sin calificación por sus respectivas lesiones de larga duración.

Capítulo aparte el de Santi Cazorla, cumpliendo con lo esperado, líder, embajador y reclamo del club dentro y fuera de Asturias, aportando como se preveía pequeñas dosis de su descomunal talento, puesto que los años y las graves lesiones pasan factura. Pero solo nos queda decir gracias por venir a ayudar de manera desinteresada al club de su alma. Los miles de camisetas vendidas con su nombre no solo son por quien fue, tampoco por lo que pueda aun llegar a hacer, lo son por lo que representa. Seguro que veremos su magia y la de Borja en un contexto más acorde a sus cualidades. Además se suma la firma de Dubasin. Y no serán los únicos.

Vaciar la enfermería y esperar una mejor versión de Camarasa pueden ser aspectos decisivos. Seguramente la expectativa vuelva a ser demasiado alta: el equipo es décimo, media tabla, pero no es menos cierto que la parte alta parece más abierta que nunca. Leganés y Ferrol mandando, quién lo hubiese dicho... Nadie encuentra su camino sin haberlo perdido varias veces, y en esto somos expertos. Será apasionante. ¿Estáis preparados? Que pase el Amorebieta...

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