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Los negocios obligados a parar vuelven a los ERTE, pero una parte opta ya por cierres y despidos

Los laboralistas notan un incremento de empresas que planean echar la persiana varios meses y prescindir de trabajadores

Erte.

Las nuevas restricciones del Gobierno asturiano para frenar la segunda ola de contagios del coronavirus han puesto en la encrucijada a muchos pequeños negocios asturianos, especialmente a comercios, hosteleros y sus proveedores, que se han visto obligados a cerrar sus puertas y que están optando por diversas estrategias para sortear este nuevo golpe económico. Los despachos de laboralistas de la región se están encontrado en las primeras horas de estas nuevas limitaciones con que muchas están volviendo a recurrir a las regulaciones temporales de empleo (ERTE), pero otras están optando ya por otras vías. Hay quienes, por medio a que los rebrotes y las restricciones se reproduzcan sin fin, directamente se han inclinado por cierres provisionales, pero sin fecha de reapertura, a la espera de que la pandemia escampe. Marcos Martínez, presidente del Colegio de Graduados Sociales de Asturias, asegura además que “estamos viendo que hay empresas que, aunque no lo tenían previsto, están comenzando a hacer despidos ante la nueva situación”.

Quienes optan por repetir regulaciones de empleo están tomando dos caminos principales, más alguna que otra bifurcación. Por un lado, algunos se han dirigido hacia las que se conocen, como ERTE por impedimento de actividad, diseñados casi a medida para la oleada de restricciones que está sufriendo Asturias durante estas semanas. Están pensados, explica Carlos Rodríguez-Noriega, presidente del Colegio de Gestores Administrativos del Principado, para situaciones tan duras como las actuales. El inconveniente de esta modalidad estriba, añade, en que, una vez que se recupera una “nueva normalidad”, los empresarios tienen que levantar el ERTE con todas sus consecuencias. Es decir, recuperando al personal que habían regulado al completo, aunque sus ventas sigan sin levantar cabeza.

Marcos Martínez: “Hay empresas que no lo tenían previsto pero empiezan a despedir”

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Según las explicaciones recabadas, no es esa la modalidad a la que están recurriendo más los negocios asturianos afectados por los cierres. La mayor parte está optando por los que se conocen como ERTE por limitaciones, menos complejos de tramitar y que “están muy bien bonificados”, sostiene Rodríguez-Noriega. “Por ejemplo, no conllevan que, si ya tenías un ERTE en marcha, tengas que renunciar a él”, como sí que ocurre con el de impedimento. Estos últimos ERTE conllevan más papeleo y bonificaciones diferentes.

Ya con la entrada del toque de queda, hace casi una semana, los despachos de expertos laboralistas notaron un incremento de negocios de hostelería que querían regular empleo. Fue algo suave, reconocen. Y afectó, especialmente, a restaurantes con servicio de cenas que tuvieron que recortar actividad.

Uno de los reparos que ponen las empresas a la hora de tomar la vía de los ERTE, sea cual sea la modalidad de que se trate, es que están obligadas a preservar el empleo durante el menos seis meses. No pueden despedir y recortar plantilla en ese tiemo. Si lo hacen deben devolver las ayudas.

Rodríguez-Noriega: “La mayoría opta por ERTE de limitación, muy bien bonificados”

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Algunos empresarios están explorando ya otras alternativas. Los hay que, hartos de olas y de vaivenes con las restricciones, han decidido tirar temporalmente la toalla. Explica Marcos Martínez que “hay empresas que han decidido cerrar durante un tiempo, unos meses o incluso un año, a la espera de que todo esto pase”. El perfil de los negocios que han optado por esta salida corresponde a empresarios que ya se vieron fuertemente golpeados por la primera oleada del virus y que tuvieron que consumir “recursos propios” para sostenerse. Empresas que, por tanto, han llegado a la segunda ola del virus con las reservas al limite.

El caso es que las nuevas limitaciones a la actividad han pillado por sorpresa a muchos empresarios. El problema, resalta Marcos Martínez, es que en Asturias –como también en el conjunto España– la demografía empresarial está formada principalmente por pequeñas y medianas compañías (pymes), lo que aumenta su vulnerabilidad y las dificultades para subsistir. “Esto no es como en Alemania, donde las empresas tienen un mayor tamaño y, por lo tanto, un mayor aguante”, sostiene Martínez.

El último camino que están tomando algunos el de los despidos. “Hay empresas que ya están en ello”, señala Martínez. Y añade: “Muchas de ellas no lo tenían previsto, pero se lo están planteando ante estas nuevas restricciones”. Ocurre que muchas compañías que pidieron un ERTE durante la primera arremetida del virus en marzo comienzan a tener a partir de ahora –una vez que han pasado los seis meses de gracia– vía libre para despedir personal. El problema es el coste, señala Rodríguez-Noriega, ya que poner en marcha expedientes de regulación de empleo que incluya la extinción de los contratos del personal requiere fuertes desembolsos.

Patricia Oreña: “Los autónomos están tirando ya de los ahorros, y este cierre llega sin apoyos”

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Entre los trabajadores por cuenta propia, señala Patricia Oreña, presidenta en Asturias de la federación ATA, la situación empieza a ser límite. “La gente ya estaba tirando de los ahorros; encima, ahora llega este cierre forzoso sin que venga acompañado de ninguna medida de acompañamiento”, critica. Oreña asegura que, ante este escenario, las costuras de los negocios de muchos autónomos se están desgarrando y los que pueden van tirando de las pocas ayudas que continúan en vigor para hacer más llevadero el trago de la interrupción de actividad. Los que tienen trabajadores a su cargo tienden mayoritariamente a recurrir a los ERTE, explica también la responsable de ATA.

Las opciones



1 ERTE por impedimento. Es un tipo de regulaciones que el Gobierno central aprobó a finales de septiembre y que están dirigidas a negocios que se vean obligados a cerrar sus puertas, como el caso de algunos comercios y la hostelería en Asturias durante las próximas dos semanas. Están bien bonificados, pero tienen la pega de que cuando las limitaciones se levanten tienen que reincorporarse a la actividad al completo, con todo el personal.

2 ERTE por limitaciones. A este tipo pueden acogerse los negocios que se vean afectados de una u otra manera por los cierres. Pueden extenderse lo que el empresario estime, aunque las bonificaciones van decayendo. Es la vía por la que están optando los empresarios asturianos.

3 Otras vías. Ante las incertidumbres, algunos empresarios están comenzando a promover ya despidos mediante expedientes de regulación de empleo (ERE) ordinarios. El problema, advierten los laboralistas, es que este mecanismo es caro y especialmente para muchas compañías que están ya con sus recursos muy al límite. También las hay quienes a cierres indefinidos a la espera que la situación sanitaria mejore. 

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