Alsa perdió el año pasado 105,2 millones de euros frente a un beneficio de 106,9 millones en el ejercicio precedente a causa de la pandemia y las restricciones de la movilidad. Como consecuencia de la restricción de los desplazamientos, los ingresos se redujeron el 33,08%, al pasar de 940,6 millones en 2019 a 629,3 millones en 2020, y el número de viajeros cayó el 90%
Hasta el estado de alarma, declarado el 14 de marzo del año pasado, el grupo asturiano había aumentado sus ingresos el 23% en los dos primeros meses del ejercicio.
La compañía ha atenuado el desplome de la actividad con expedientes de regulación de empleo (ERTE) para 11.000 empleados y planes de reducción de costes, lo que, junto con la protección de los ingresos en el 40% de sus contratos, le permitió generar un beneficio operativo subyacente de 7,5 millones de euros frente a los 124,9 millones de 2019