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María Calvo, la constructora "metódica y dialogante" que se ha convertido en la primera presidenta de la FADE

La gijonesa, que heredó la pasión por los negocios de su padre, aspira a desmitificar la figura del emprendedor e impulsar el talento joven

María Calvo, este mes, en el hotel de la Reconquista, en Oviedo. | Luisma Murias

Conocida por su trabajo metódico y su carácter dialogante, la empresaria María Calvo Carvajal (Gijón, 1975), ha tomado esta semana las riendas de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), patronal de la que ya conoce todos sus entresijos. Fue hasta ahora la número dos de Belarmino Feito, su predecesor en el cargo, y es presidenta del grupo de promotores de la Confederación Asturiana de Constructores (CAC-Asprocon) desde hace siete años y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Promotores y Constructores de España (APCE) desde hace seis. Con una vocación que empezó a fraguarse en su infancia, cuando veía a su padre, el fallecido Eloy Calvo Capellín, desenvolviéndose en el mundo financiero, la gijonesa heredó en 2008 la empresa familiar, Construcciones San Bernardo, desde la que viene ocupando un papel protagonista en el sector empresarial asturiano.

Asume las riendas de la FADE con un objetivo esencial: desmitificar el papel del empresario –porque cualquier autónomo o grupo familiar tienen la misma esencia emprendedora que una gran firma– y visibilizarlo como aparato útil para la creación de empleo. Se marca, también, otros retos asociados, como mejorar el diálogo con el sector formativo para captar los perfiles cada vez más especializados que demanda el sector e impulsar motores económicos propios de la región como el turismo, el comercio y la agroalimentación. Casada y madre de dos hijos, Calvo es una gran amante de la naturaleza y poco dada al gran protagonismo mediático, aunque entiende que de ahora en adelante su cargo le impulsa en parte como figura pública.

Ppromotores del último “boom” en Gijón: José Luis Fernández-Avello (Grupo Fresno), María Calvo, Francisco Cascos (Promoc. Cascos) y Pablo López (Promoc. Felisindo López) en 2004. | M. León S. F. LOMBARDÍA

Una vocación temprana

Alumna del antiguo colegio Valmayor de Gijón y con una infancia en constante contacto con la naturaleza por las escapadas al pueblo natal de su padre, Caleao (Caso), y al de su madre, Viavélez (El Franco), a la gijonesa siempre le gustaron los números. Así, pronto se sintió atraída por el mundo de las finanzas y de las empresas, lo que la llevó a Madrid, al ICADE, para licenciarse en Derecho y en lo que hoy se denomina Administración y Dirección de Empresas (ADE). Intuía que las nociones jurídicas no las acabaría de desarrollar nunca del todo, porque jamás tuvo una intención seria de ser abogada, pero entendía que manejar bien los conceptos legales le ayudarían a moverse mejor por el sector financiero y empresarial. Al salir de la facultad, durante una breve época se planteó opositar a corredor de comercio, pero la casualidad hizo que surgiese una modificación técnica por la que el cuerpo se acabó fusionando con el de notaría. Este cambio modificaba en parte el temario de las oposiciones que había empezado a estudiar, así que Calvo decidió cambiar de planes antes de empezar de nuevo de cero.

El freno a su oposición, en realidad, le sirvió para pensar una salida profesional más ajustada a su visión de futuro. La gijonesa, que ya llevaba un tiempo sintiendo la necesidad de volver al norte y estar cerca de los suyos, se dio cuenta de que si quería que la empresa familiar siguiese adelante sin su padre lo mejor sería entrar a trabajar con él de inmediato, y con sus dos licenciaturas tenía la formación perfecta para el puesto.

Calvo presentó en 2018 con Javier García las acciones para el progreso de Asturias. Armando Tellado (Clas) los felicita en presencia de Manuel Menéndez (Liberbank)

La empresa familiar y la figura del padre

Calvo comenzó a trabajar, por tanto, en la constructora de su padre, asumiendo en un primer momento la gestión financiera de la entidad. Fue ganando competencias en la toma de decisiones como mano derecha del conocido empresario, a quien sucedió tras el fallecimiento de éste, en 2008. Fue también, por tanto, testigo de una crisis económica que pasó especial factura al sector del ladrillo, y de aquellos años aprendió a batallar en las vacas flacas y a salir adelante con el trabajo del día a día.

La figura paterna fue clave en la vida de la gijonesa, que creció asumiendo sin darse cuenta los valores de un asturiano incansable. Eloy Calvo Capellín nació en Caso, en 1924, y siendo adolescente se mudó con su madre a Gijón, donde acabó desarrollando toda su carrera profesional, primero en el mundo de la banca y, después, en el de la construcción. Su historia es de esas que definen al hombre hecho a sí mismo. Siendo aún menor de edad empezó a trabajar en Banesto como botones y acabó siendo director de la sucursal durante 15 años. Para ello, se formó durante años con tediosas clases nocturnas, opositando a diferentes cargos hasta ocupar la máxima responsabilidad en la oficina, y todo ello ante una pequeña María Calvo que fue heredando su pasión por las finanzas y aprendiendo el valor del esfuerzo y el tesón.

Tras su jubilación de la banca, Calvo Capellín –que fue también presidente del Real Sporting, el primero tras su conversión en sociedad anónima deportiva en 1992– no parecía casar muy bien con la vida del retirado, así que decidió fundar la promotora Construcciones San Bernardo en 1980. La empresa la heredaron María Calvo y su hermano Eloy, un reputado arquitecto en Gijón.

María Calvo, con Belarmino Feito, del que fue "número dos" durante tres años y medio A. G.

Experta en el tejido asociativo empresarial

El carácter metódico, dialogante y proactivo con el que el resto de empresarios definen a María Calvo explica su amplio bagaje en el tejido asociativo del sector. Su empresa familiar siempre había estado asociada a Asprocon, y cuando Manuel Pastor asumió el liderazgo de la patronal se marcó como objetivo renovar la junta directiva con gente joven. Uno de los fichajes fue Calvo, que aún no había cumplido los 30. Pocos años después de la fusión del grupo con la Confederación Asturiana de la Construcción en la actual CAC-Asprocon, la gijonesa pasó a liderar el grupo de promotores de la entidad (que tiene otros dos sectores, el de contratistas y el de industria), hace ahora siete años. A raíz de este puesto, un año después asumió la vicepresidencia de la Asociación Nacional de Promotores y Constructores de España (APCE). Su incorporación a la FADE, primero como número dos de Feito y ahora como presidenta, por tanto, surge como un “ascenso” natural. Logró 99 de los 167 avales posibles para aspirar el puesto y no hizo falta votación porque fue la única candidata. Fue la primera vicepresidenta de la FADE. Ahora es también la primera mujer que la preside.

La Asturias más allá de la industria

Pese a ser una firme defensora de la esencia industrial de la región –que tendrá que repensarse tras una descarbonización ya en marcha–, Calvo también entiende que el futuro de la comunidad autónoma debe incluir y potenciar a otros sectores susceptibles de crecimiento. Apuesta, por ejemplo, por la industria agroalimentaria, clave para recuperar las áreas rurales, así como por el turismo y la hostelería, dos de los grandes puntos fuertes de la “marca Asturias”. Calvo también defiende a ultranza al sector tecnológico, cuya evolución resultará clave para el desarrollo económico de cualquier región a medio y largo plazo, y la apuesta que la gijonesa impulsará desde FADE será que el sector empresarial establezca un diálogo activo con la universidad y el gremio educativo para aclarar cuáles son los perfiles profesionales con más demanda.

Primer discurso de Calvo como presidenta de FADE. | L. M. S. F. LOMBARDÍA

El reto de captar el talento joven

Esta idea de colaborar con el ámbito educativo enlaza con la otra línea de trabajo anunciada por la nueva líder de FADE, que se muestra partidaria de captar el talento joven, no para influir en la trayectoria de las nuevas generaciones, sino para hacerles saber cuáles son las necesidades particulares del tejido empresarial local si desean quedarse. Durante su ronda de contactos para ganar avales, la empresaria comprobó de primera mano lo que el sector lleva tiempo advirtiendo: que sí hacen falta manos nuevas, pero que los perfiles que se buscan, por ser tan especializados, no se encuentran fácilmente. De ahí que la nueva presidenta considere que un mejor diálogo entre ambas partes posibilitaría que todos aquellos jóvenes que no quieran marcharse de la región puedan aspirar a cursos y prácticas especializadas.

Acercar la figura del empresario

Calvo siempre ha creído que el concepto de empresa es más cercano de lo que a veces la sociedad entiende. Defiende que cualquier asturiano es empresario o tiene a algún allegado que ha emprendido por su cuenta, y desde FADE tratará de trasladar ahora esa idea de empresa como aparato útil y promotor de empleo en cualquier territorio. También intuye, no obstante, que para que este enfoque surja efecto la FADE tendrá que demostrar su valía más con hechos que con discursos, un reto que, se espera, le resultará natural por sus orígenes como empresaria de familia y por su apego a una región que entiende y que valora.

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